Quiero ser gallo
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al
Señor. Que pases un feliz día.
Me tocaba tender la ropa. Normalmente lo
hacemos después de desayunar, pero esta vez tuve que hacerlo a primera hora,
cuando aún no había amanecido.
Estaba oscuro todavía y reinaba el silencio por
todas partes y, de repente, el canto de un gallo desde la lejanía lo rompió.
-Kikirikiiiiiiiiiii…
Ese canto me alegró y me daba una importante
receta. Lo primero que hizo antes de amanecer es cacarear, ¡dar gracias por el
día, alabar al Señor! Yo lo hice en ese momento, y la mirada y el corazón se
pusieron en otra dimensión.
El gallo canta y… ¡qué mal canta! Su voz
rasposa y sonora se oía a distancia. En esta zona, está rodeado de montones de
especies de pajarillos que emiten sonidos dulces, rítmicos e incluso
relajantes, pero… ¡no le importa! Él tiene su sonido y lo usa sin importarle,
todo lo ha recibido de Él.
No le importa el qué dirán, la imagen… Hace lo
que tiene que hacer con los dones que tiene. “Lo que hacéis, hacedlo con toda
el alma, como para servir al Señor, y no a los hombres” (Col. 3,23) y, sí, con
toda el alma cantaba, pero yo me daba cuenta de cuántas veces la imagen, la
comparación… nos frenan, y en realidad es el Señor el que quiere que cantemos
con nuestra voz, que seamos sus manos con nuestros dones.
Por otro lado, estos animales no necesitan de
la luz del sol para despertar, pues es su reloj interno el que les avisa de la
hora. Las circunstancias externas no condicionan su canto: qué importante es
tener vida en ti para que puedas “cantar”, independientemente de las
circunstancias, porque vives desde la certeza de que tienes contigo un Dios que
te ama y te cuida, sea de noche o de día, pase lo que pase, y esta confianza
hace que sigas cantando.
Podía seguir contemplando y orando con la
escena un buen rato, con ese gallo al que no veía, pero que tanto me dijo en
esa mañana. Me tenía que ir, pero “queriendo ser gallo” que vive para alabar al
Señor, agradecido por cada día, poniendo los dones al servicio del Señor,
viviendo en confianza desde la certeza de que, pase lo que pase, Cristo está
conmigo.
Hoy el reto del amor es que seas gallo y que
cantes algo o silbes en algún momento, lo hagas bien o mal, para dar Gloria al
Señor, ¡porque Él está contigo!, y alegres a los que te rodean.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
10 octubre 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma