De confirmarse, sería un indicativo de que algo está cambiando en Roma respecto a la Iglesia en España
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Cardenal Juan José Omella, Presidente de la Conferencia Episcopal. Dominio público |
Cuando
esta semana se reúna el Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal,
preparatorio para la Comisión Permanente de la última semana de mes, lo hará
con una agenda cargada de puntos del orden del día.
Entre
los temas más acuciantes figuran las siempre complicadas relaciones con el
Gobierno, después de la visita a Roma del ministro de la presidencia, Félix
Bolaños, con motivo del reciente consistorio. Visita que
ha complicado más que facilitado las cosas, según fuentes de la Conferencia
Episcopal.
Pero
el punto de orden del día eclesial más delicado es el de la designación de la
terna que la Comisión Permanente próxima deberá presentar a la Plenaria, en
orden a la elección de nuevo Secretario General de la Conferencia
Episcopal Española.
Campaña sobre Omella
Sin
embargo, el cardenal Omella, que una vez más ha salvado la polémica de las
declaraciones episcopales con motivo de la celebración de la Diada, se
encontrará con una curiosa y llamativa campaña que circula en ámbitos
eclesiales de la capital de España.
Es
una especie de campaña destinada a minar su credibilidad, que tiene como
argumento principal el de que al cardenal Juan José Omella no se le habría
renovado en su nombramiento como miembro de la Congregación de Obispos.
Se
trata de una especie de insistente rumor que Religión Confidencial no
ha podido confirmar, entre otras razones por la inaccesibilidad del cardenal
Omella. Tampoco ha podido verificar la información ni en Madrid ni en Roma.
Algo está cambiando
Sobre
ese rumor pesa un más que sorprendente silencio, extensible a lo que está
ocurriendo con los últimos nombramientos de obispos en España. Retraso que en
ningún caso se debe achacar al trabajo del Nuncio.
La
fuentes consultadas por Religión Confidencial ni
afirman ni desmienten la noticia referida al cambio en la presencia en la
Congregación de Obispos del cardenal Omella.
Es
cierto que el cardenal Juan José Omella no necesita ser miembro de la
Congregación de Obispos para influir en la designación de los prelados
españoles. Pero, si se confirmara la noticia, sería un indicativo de que algo
está cambiando en Roma respecto a la Iglesia en España.
Por
otro lado, si el cardenal Omella hubiera dejado de ser miembro de esa
Congregación, significaría que la presencia allí de los españoles en activo, y
desde España, sería nula. También apuntaría a una
revalorización del trabajo del Nuncio.
Un tiempo nuevo
Esto
ocurriría, además, en un momento en el que se está desarrollando la aplicación
de la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Vaticana, “Praedicate Evangelium”, y
no se descarta que algún obispo o arzobispo español pudiera tener allí un
próximo destino.
Sea
cierta o no la noticia referida al cardenal Omella, lo que parece evidente es
que se abre un nuevo tiempo en la Conferencia Episcopal Española. Período
condicionado por dos hechos: la reciente carta recibida en la Conferencia
Episcopal en la que se pide que no se elijan a obispos en próxima edad de
jubilación para cargos orgánicos –lo que podría incluso provocar una especie de
moción de confianza del Presidente y del Vicepresidente en la próxima
Plenaria-; y la obligada sustitución de Luis Argüello, al haber sido elegido
arzobispo de Valladolid.
Argüello en Valladolid
Argüello
ejerce ya plenamente de arzobispo de Valladolid. Ha hecho los primeros
nombramientos clave con acierto. Por ejemplo el de Vicario General, en la
persona de uno de los sacerdotes más queridos y con mejores cualidades de la archidiócesis
de Valladolid, Jesús Fernández Lubiano. Argüello ha reducido mucho su presencia
en Madrid durante las últimas semanas.
Se
abre un curso en el que, además de las incertidumbres generadas por la
situación internacional y por la política nacional, se suman las eclesiales.
Contando siempre que no haya otro tipo de sorpresas en Roma.
Fuente: ReligiónConfidencial