¿Y si soy pequeño?
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días,
una amiga le trajo a Lety unas plantas muy curiosas. Durante su visita las sacó
afuera del locutorio para que les diera la luz. Así que, al pasar por allí, era
inevitable verlas, y por su atractivo te acercabas a mirarlas de cerca. Al
final no me pude resistir, y se las pedí para colocarlas a los pies del Señor
en un rato de adoración.
¿Qué las hacía
tan interesantes? ¿Cuál era su peculiaridad? ¡Que eran minúsculas! Una planta
que todos conocemos como la orquídea, pero a un tamaño tan pequeño que hasta
alguna se pensaba que no eran naturales.
Y es que
ciertamente lo pequeño expresa una gran belleza. Te asombran mucho más los
detalles, te impresiona ver que en la miniatura está contenido todo el
potencial de lo grande, solo que se muestra aún más la delicadeza del Creador
hasta en el más mínimo detalle. Al contemplar aquella planta, pensaba: “No le
hace falta ser grande para ser bella, hasta es mucho más impresionante”.
Tantas veces me
descubro a mí misma queriendo “ser grande”, queriendo crecer para alcanzar no
sé qué… y, sin embargo, siempre vuelvo a sentir la misma llamada del Señor a
ser sencilla, a ser pequeña.
Ser pequeño no
significa ser poca cosa. ¡Más bien todo lo contrario! Es no necesitar
ambicionar algo que no es para ti, sino descubrir toda la grandeza, todos los
detalles del Creador derramados sobre tu persona. En la pequeñez es donde más
se muestra Su grandeza, es donde dejamos que brille Su obra, y queda de
manifiesto que tiene que ser cosa de Él para ser tan impresionante.
La felicidad
descansa en saberse pequeño. Y, sí, lo pequeño es cierto que se muestra frágil
y delicado, sin embargo, por eso mismo clama con más fuerza los cuidados del
Señor. Cuando algo es pequeño o cuando estás ante un niño, se derrama mucho más
el cariño y la protección, precisamente por eso, por su pequeñez.
Así es Él con
nosotros. Cuando descubrimos la Alegría de ser Sus pequeños, le estamos
abriendo nuestra Libertad para que sea Él (y no nosotros) el Señor de nuestras
vidas, para que derrame todo Su poder sobre nuestra vida, y para vivir una vida
en la confianza de saberse en Sus brazos.
Hoy el reto del
Amor es disfrutar de saberte pequeño en los brazos del Señor. Si le dejas a Él
que sea el Fuerte en tu vida, si dejas que Dios sea Dios, puede que tus
circunstancias sigan siendo las mismas, pero ya las vivirás desde el descanso y
la profunda Alegría de saberte amado por todo un Dios.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
01 septiembre
2022
Fuente:
Dominicas de Lerma