Jessica, quien además de ser una católica devota es una apasionada defensora de la vida, dijo que su embarazo renovó su fe y la impulsó a dar testimonio de la confianza en Dios
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Jessica Hanna y su bebé Thomas Solanus |
Jessica Hanna,
una farmacéutica y madre católica de cuatro hijos, fue diagnosticada con cáncer
de mama terminal cuando tenía solo 14 semanas de embarazo. Si bien varios
médicos le aconsejaron abortar, ella eligió la vida y sobrevivió al cáncer.
El 1 de
septiembre, en una entrevista a EWTN Pro-Life Weekly, Jessica aseguró que “este
bebé me salvó la vida” y afirmó que la difícil experiencia que vivió “era Dios
llamándome a algo muy grande”.
La madre
católica relató que detectó un bulto en su pecho, pero que los médicos le
dijeron que solo era un tumor benigno. Dos semanas después, Jessica supo que
estaba embarazada, y fue en su primera cita de obstetricia y ginecología donde
le diagnosticaron con cáncer de mama.
Dijo que al
inicio los médicos dijeron que el tumor era pequeño y que el cáncer estaba en
etapa 1.
Sin embargo,
después de la cirugía, confirmaron que el tumor medía 13 centímetros y que el
cáncer estaba en etapa 4 o fase terminal.
Jessica, quien
además de ser una católica devota es una apasionada defensora de la vida, dijo
que su embarazo renovó su fe y la impulsó a dar testimonio de la confianza en
Dios.
“Ahora te has
convertido en la mujer que todos usan en sus argumentos, ‘¿y si la vida de la
mujer está en peligro?’” dijo. “Ahora es mi momento de recorrer el camino”,
añadió.
La madre
católica señaló que su fe le ayudó a superar las dificultades, y recordó que
después de cada tratamiento de quimioterapia iba a rezar ante la tumba del
Beato P. Solanus Casey, un fraile capuchino cuyo cuerpo está enterrado en
Detroit, su ciudad natal.
“Recé ante su
tumba para ser curada de forma milagrosa y para que mi hijo naciera hermoso y
saludable”, recordó.
Además, dijo
que acudió a Santa
Gianna Beretta Molla, una médico y madre católica que fue diagnosticada con
un tumor en el útero durante su cuarto embarazo, pero que se negó a abortar y
murió tras dar a luz a su hija.
Hanna explicó
que al igual que la santa, ella eligió recibir un tratamiento contra el cáncer
que no pusiera en peligro la vida y salud de su bebé.
“Muchas
personas no saben que la quimioterapia puede ser bastante segura durante el
embarazo”, dijo.
“Elegí el
camino intermedio en el que haría un poco de quimioterapia con algunas
modificaciones, y ella fue una gran inspiración para mí”, agregó.
La madre
católica afirmó que luego de su diagnóstico de cáncer terminal, sintió que Dios
la estaba llamando a algo más. Así que dos días después, pese a sentirse
insegura de su propio futuro, creó una cuenta en redes sociales para compartir
su experiencia.
Explicó que
creó una comunidad de oración virtual para ofrecer su dolor por las intenciones
de todos ellos. “Ningún sufrimiento debía desperdiciarse”, afirmó.
La heroica
madre pensó: “No sé adónde me está llevando Dios ¿Me va a llevar por el camino
en el que necesito mostrarle a la gente cómo morir con gracia, con su gracia y
misericordia? ¿O va a mostrar un milagro?”
“Decidí usar
las redes sociales para decir que no importa lo que creas que va a pasar, pues
la confianza en Dios es lo más importante […] Que vas a abandonar tus propios
deseos y vas a dejarlos al pie de la Cruz para que Él se ocupe de ellos”, dijo.
Hanna además
ofreció tres consejos a las mujeres embarazadas que pasan por situaciones
similares.
Primero, las
animó a siempre buscar varias opiniones médicas antes de tomar una decisión. Al
respecto, dijo que acudió a entre 8 y 10 médicos antes de continuar su
tratamiento, y que un par de ellos le aconsejaron abortar.
Jessica dijo
que en su experiencia el aborto “no era necesario en absoluto. Mi pronóstico no
cambió. Mi plan de tratamiento no cambió: embarazada o no embarazada”.
Luego, animó a
acudir a la Virgen María, que “sabe lo que es tener los dolores cuando se trata
de tu hijo y el miedo”.
“Entonces, si
acudes a ella, ella tomará esos miedos, los llevará a su Hijo y rezará contigo
para que el Señor envíe y derrame su misericordia sobre ti y tu hijo”, agregó.
Además, les
dijo que unan su sufrimiento a la Cruz de Cristo.
“Así sea una
inyección intravenosa y estés pensando en los clavos atravesados en sus manos y
pies, o si sientes agonía mientras esperas un examen o los resultados de una
prueba médica, piensa en su agonía en el Huerto [de los Olivos]”, dijo.
Jessica dijo
que después de dar a luz, los exámenes médicos fueron claros: no había indicios
de que el cáncer se hubiera propagado a otros órganos de su cuerpo o a sus
ganglios linfáticos. Su diagnóstico, que al inicio era terminal, se volvió
curable.
El caso de
Jessica, que llamó a su hijo Thomas Solanus, fue presentado para la
canonización del Beato P. Solanus Casey.
Traducido y adaptado
por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en CNA.
Fuente: ACI Prensa