Alabanza
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| Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Mª Jesús nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Esta mañana al
ir al coro para iniciar las oraciones del Oficio de Lectura y Laudes se oía en
la plaza el jaleo del final de una noche de fiesta y juerga. Voces estridentes,
risas… chocaban con el silencio y la armonía de nuestro templo.
A medida que
hemos empezado a cantar las melodías de los himnos y salmos, se han difuminado
totalmente los ruidos externos y nos han envuelto en un ambiente de paz, que se
ha hecho más notable por el contraste, y nos ha centrado mejor en la alabanza:
“el cielo proclama la gloria de Dios”, “¡cuántas son tus obras, Señor y todas
las hiciste con sabiduría!”, “la tierra está llena de tus criaturas”. Ahí
estaban esas criaturas y nosotras, otras criaturas.
¡Cuántas veces
iniciamos el día con un ruido de fondo! Los problemas sin resolver de ayer, los
dolores de cada día, lo que tendré que hacer, una mala noche… tantos ruidos
internos que rompen la armonía de nuestro corazón. El Señor nos regala vida, Su
Vida, un nuevo día. Él no recuerda el ruido de ayer, sólo nos recuerda que
somos sus hijos queridos y espera nuestro amor.
Si acallamos
nuestros ruidos con la armonía de una alabanza matutina, reconociendo que Él es
Dios y que somos Su pueblo, ovejas de Su rebaño, como cantamos con uno de los
salmos invitatorios, gozándonos de ello.
Hoy vamos a
empezar el día cantando al Señor; este es el reto de hoy. Canta un salmo que
sepas de memoria, por ejemplo el salmo 8: “Señor, Dios nuestro, qué admirable
es tu nombre en toda la tierra” o busca algún salmo de alabanza, como el salmo
99 y empieza el día diciéndoselo al Señor con el corazón. Cambia tu ruido
interno por la armonía de la alabanza y la fe en la cercanía y amor de Dios.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
05 agosto 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma
