Cada cristiano es enviado y con unas concretas indicaciones que hablan siempre de confianza en Dios
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Carlos Daniel - Cathopic |
En el Evangelio, Jesús da
tantos consejos e indicaciones concretas para los que predican la Buena Nueva
que podría llamarse un manual. Esto se aplica a todos los cristianos.
«Jesús designó a otros setenta y dos discípulos y
los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares a donde
pensaba ir».
El número de 72 discípulos tiene un
significado simbólico. En la antigüedad se pensaba que había 72 naciones en el
mundo. Esto significa que Jesús les mandó a todos sin
excepción.
Jesús manda siempre de dos en dos, porque la
predicción del Evangelio se basa en la palabra de al menos dos testigos.
Además, Jesús no quiere que la Buena Nueva se predique por una
sola persona. Cristo también quiere que los que predican el Evangelio se apoyen mutuamente.
Cada uno de nosotros tiene días malos. Entonces la otra persona ayuda y
viceversa.
Dios es quien envía
«La cosecha es mucha y los trabajadores pocos.
Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus
campos».
En la tradición de la Iglesia, estas palabras se leen como el
incentivo de Jesús para rezar por las vocaciones al
sacerdocio y a las órdenes religiosas, y por las vocaciones misioneras. Pero todo cristiano
está llamado a ser misionero en su entorno.
«Pónganse en camino»
«Hay que animarse a cambiar el sofá por un par de
zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por
caminos que abran nuevos horizontes».
Esto es lo que Jesús anima, y el papa Francisco nos recuerda que
debemos hacer. Hay que ir, salir a la gente, no
sentarse ni quedarse parado.
«Yo los envío como corderos en medio de lobos».
Paradójicamente, esta es una imagen fuerte de la seguridad
de los discípulos, porque las ovejas pertenecen al Señor Jesús.
Además, los que proclaman la Buena Nueva no deben
volverse como lobos y utilizar la fuerza o la agresión.
Confiar
«No lleven ni dinero, ni morral, ni sandalias y no
se detengan a saludar a nadie por el camino».
Esta actitud refuerza la confianza de los discípulos en la
providencia de Dios, que se ocupa de sus necesidades
materiales.
El hecho de no llevar sandalias en los pies les hace parecerse a
los siervos que andaban descalzos.
Jesús dice que no saluden, porque en su época los saludos llevaban
mucho tiempo, y no hay tiempo para perder en cortesías.
El Evangelio en la práctica
Las palabras de Jesús se dirigen a todos nosotros, no sólo a los
sacerdotes y monjas. En virtud del bautismo, cada uno de nosotros es un discípulo
de Jesús que Él envía a llevar sonrisas, bondad, fe, esperanza y amor a
la gente. Y esto es el Evangelio puesto en práctica.
Paweł Rytel-Andrianik
Fuente: Aleteia