“Nunca pensé que en un país democrático como el Reino Unido me arrestarían por una caminata de oración simple y solitaria. ¿Qué tipo de sociedad somos, cuando las personas pueden ser arrestadas simplemente por manifestar pacíficamente su fe en público?”
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Sra. Rosa Lalor en una caminata de oración en Liverpool (Inglaterra). Crédito: Cortesía de ADF Internacional |
El 24 de febrero de 2021, Rosa Lalor salió de su casa en Liverpool
(Inglaterra) para caminar y rezar en silencio, como casi todos los días durante
el aislamiento por la pandemia. Ella estaba sola, socialmente distanciada, y
utilizó mascarilla y auriculares durante su paseo.
En ese tiempo, el Gobierno de Reino Unido permitía y alentaba
realizar caminatas a todos los ciudadanos que respetaban el distanciamiento
social y las medidas de bioseguridad dispuestas contra el coronavirus.
Sin embargo, cuando Lalor pasó por un centro de aborto, que
realizó 4040 abortos en 2020, fue detenida por agentes de la policía que la
interrogaron y arrestaron. Luego, fue multada con 200 euros (250 dólares) por
rezar en silencio en la vía pública, tras ser acusada de infringir las normas
contra el COVID-19. Hoy, ella está en la Corte luchando contra esa multa.
En un artículo de National Catholic Register, el
corresponsal KV Turkley explicó que la policía le preguntó a Lalor por qué
estaba al aire libre y ella respondió que estaba “caminando y orando”. Luego,
la policía le dijo que no estaba rezando en un lugar de culto y no tenía una
“excusa razonable” para estar al aire libre; y la acusó de que estaba fuera del
centro de aborto para “protestar”.
ADF UK, una organización de defensa legal
basada en la fe y centrada en proteger las libertades fundamentales y promover
la dignidad humana, está ayudando a Lalor en su lucha para garantizar que todas
las personas tengan la capacidad de vivir libremente su fe en público.
Turkley señaló que el abogado de ADF UK, Jeremiah Igunnubole, dijo a Register
por correo electrónico que “según la policía, Rosa fue arrestada por no tener
‘una excusa razonable’ para estar fuera de su casa, pese a que caminaba sola en
un espacio público y cumplía con todas las normas y protocolos de salud y
seguridad pertinentes. Rezaba en silencio mientras caminaba como parte de su
ejercicio diario, que era legal y recomendado en ese momento”.
“Está claro que si Rosa no rezara, hoy no sería acusada de un
delito penal”, dijo Igunnubole y sostuvo que fue arrestada “porque el oficial
de policía malinterpretó las leyes bien establecidas que protegen la libertad de
religión y expresión en los espacios públicos o, más
preocupante, porque los ignoró deliberadamente”.
“Nadie debe ser criminalizado simplemente por rezar, por eso
apoyamos la defensa de Rosa y mantenemos la esperanza de un resultado
positivo”, subrayó y comentó que Lalor tiene una fuerte defensa que apela
“directamente a las exenciones expresas bajo las regulaciones del coronavirus y
sus derechos fundamentales”.
El abogado de ADF UK expresó a Register su esperanza de que la
decisión de multar a Lalor se revise a la luz del hecho de que las regulaciones
relevantes no reemplazaron ni enmendaron la Ley de Derechos Humanos de 1998,
que protege la libertad de pensamiento, conciencia y expresión de religión en
público, señaló Turkley.
Asimismo, Turkley dijo que para el abogado el caso de Lalor
muestra la necesidad de que los agentes de policía de Reino Unido reciban
formación específica para garantizar un conocimiento adecuado de las leyes de
derechos humanos que se aplican a los delitos penales, en particular, cuando el
presunto delito se refiere a la religión o la libertad de expresión.
Igunnubole sugirió que los agentes de policía han demostrado
repetidamente que no logran “lograr el equilibrio entre abordar el
comportamiento delictivo genuino y defender los derechos fundamentales”, dijo
Turkley.
“Él cree que este último caso que involucra a Lalor destaca ‘la
necesidad de una mejor capacitación dentro de la fuerza policial sobre cómo
lograr ese equilibrio’”, agregó.
Desde la multa, Lalor, que afirma que ella “no es culpable” de
violar las regulaciones del COVID-19, ha estado sujeta a procedimientos legales
durante más de un año mientras espera la fecha de una audiencia en el tribunal
penal, informó Turkley.
Señaló que para el abogado de ADF UK, incluso si Lalor es
reivindicada, la incertidumbre y la demora en torno a estos procedimientos le
han “causado una angustia significativa [a ella] y solo agravan el efecto
escalofriante causado por el arresto y el enjuiciamiento”.
En un comunicado emitido a través de sus abogados, Lalor recordó que su oración estaba “en la
privacidad de mi propia mente” y reafirmó su compromiso de luchar, a través de
su caso, por las libertades fundamentales de todos los ciudadanos británicos.
“Nunca pensé que en un país democrático como el Reino Unido me
arrestarían por una caminata de oración simple y solitaria. ¿Qué tipo de
sociedad somos, cuando las personas pueden ser arrestadas simplemente por
manifestar pacíficamente su fe en
público?”, dijo Lalor.
“Siempre he respetado la ley y nunca quise involucrarme en
acciones legales, pero al haber sido multada simplemente por rezar mientras
caminaba, sé que esto es un reto importante a llevar adelante. Con el apoyo de
ADF UK, tomo una posición para proteger las libertades
fundamentales de todas las personas”, agregó.
Robert Colquhoun, director de campañas internacionales de Reino
Unido del grupo de defensa provida 40 Days
for Life, dijo a Register que han “apoyado a Rosa a lo largo de su
caso” y que garantizaron de que “recibiera la mejor ayuda y apoyo legal” y
económico; y las “condiciones necesarias para actuar de acuerdo con su
conciencia”, señaló Turkley.
“El derecho a expresar su fe en un espacio público, incluida la
oración en silencio, es un derecho humano fundamental que está protegido por
las leyes nacionales e internacionales”, dijo Colquhoun. “Este tipo de arrestos
somete a las personas respetuosas de la ley a procesos penales angustiosos y
prolongados”, agregó.
El caso de Lalor “plantea la pregunta de qué tipo de sociedad
somos cuando las personas pueden ser arrestadas simplemente por manifestar
pacíficamente su fe en público”, señaló. “Rosa nunca pensó que en un país
democrático sería arrestada por una simple y solitaria caminata de oración”,
concluyó.