El arzobispo de Barcelona destaca que todas las propuestas necesitan diálogo y consenso, además nunca han sido votadas ni aprobadas
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De esta forma, el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona ha querido matizar las noticias aparecidas sobre el proceso sinodal en la archidiócesis de Barcelona, en las que se han destacado algunos aspectos a menudo relacionados con la percepción social que se tiene de la Iglesia.
De esta forma, en
una carta publicada por el diario La
Vanguardia, el cardenal explica que “se trata únicamente de unas propuestas, nunca votadas ni aprobadas”. No
obstante, “caminar juntos es positivo porque nos hace crecer como personas y
miembros de la Iglesia: ser más misioneros, saber
escuchar y acoger al que piensa diferente, saber dejar atrás prejuicios, dejar
espacio a esperanzas, desarrollar nuevos enfoques, ser inclusivos, aprendiendo
los unos de los otros. Es un camino que necesita diálogo y consenso”.
Caminar juntos
Toda la Iglesia, subraya
Omella, ha sido convocada en Sínodo para avanzar en un “caminar juntos lleno de
esperanza para ser una Iglesia sinodal, que vive la comunión y
la participación para
la misión”. La
Iglesia universal empezó este proceso sinodal en octubre del 2021 para
reflexionar y discernir sobre la sinodalidad, guiados por el Espíritu.
Además, explica que “la
sinodalidad es una dimensión constitutiva de la Iglesia, es decir, fundamental
y a veces desconocida, pero, sin embargo, practicada por muchos sin ser
conscientes. En Barcelona, la fase diocesana del Sínodo culminó el 29 de
mayo con la presentación de un documento de síntesis que recopila las casi
trescientas aportaciones hechas por más de 7.000 personas distribuidas en
diferentes grupos sinodales: arciprestazgos, parroquias, movimientos,
asociaciones, congregaciones religiosas, escuelas, entidades y organismos
diocesanos”.
Intercambio
de opiniones, participación y respeto
"¿Cómo llevar a la
práctica una Iglesia que es en esencia Pueblo de Dios? ¿Cómo afrontar las
diferentes visiones y los conflictos cotidianos sin caer en el autoritarismo y
el clericalismo, sabiendo hallar el consenso?", se pregunta el presidente
del episcopado español. “El Papa dice que no se trata de un Parlamento donde se vota, sino
de una familia donde se llega a un consenso. Las dificultades se afrontan con
diálogo, escucha mutua, intercambio de opiniones, participación y respeto”.
Por todo ello, advierte, “hay
que estar atentos a aquellos que son excluidos y rechazados, o que así se
sienten, tanto en la sociedad como en la comunidad eclesial, valorando el
trabajo social que realizamos en muchas entidades de nuestras comunidades
parroquiales”.
Voz a los sin voz
En la fase diocesana del
proceso sinodal, entre otros aspectos, ha aparecido el clamor por la falta de
igualdad entre hombre y mujer en la Iglesia, que se percibe clerical. “Muchos
jóvenes y adultos se perciben con una cierta distancia respecto del pulso
diocesano de nuestra Iglesia, y surge con insistencia la pregunta: «¿Cómo
llegar y dar posibilidades a fin de que se oiga su voz?».
Hemos de reforzar el diálogo con las otras confesiones cristianas y con otras
tradiciones religiosas. Tenemos un reto apasionante por evangelizar”, concluye
en el texto.
Fuente: Ecclesia