Son dos referentes futbolísticos, con dos personalidades marcadas por su fe y sus convicciones
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Shutterstock-Christian Bertrand | Vlad1988 |
Se trata de dos
de los más grandes entrenadores del momento. Ambos ya saben lo que es triunfar.
Se han enfrentado en varias ocasiones. Saben lo que es ganar y lo que es
perder. Sus carreras son aparentemente opuestas, con unos sistemas tácticos muy
diversos que tienen que ver con dos personalidades muy marcadas: Ancelotti es
la sencillez, Jurgen Klopp es la verticalidad.
Sus nombres
aparecerán siempre en el Olimpo del fútbol. Unas carreras muy seguidas por los
medios de comunicación. Pero pocos, muy pocos, hablarán estos días de sus convicciones
más profundas. Carlo Ancelotti y Jurgen Klopp tienen un referente muy marcado:
Jesús de Nazaret.
Jürgen Klopp:
el carisma y la sonrisa
Nunca para de
sonreír y es muy carismático. Siempre protagonista y a veces puede parecer
“histriónico”. Sus intervenciones públicas y sus planteamientos tácticos hacen
las delicias de los aficionados al fútbol. Nunca deja a nadie indiferente. Es
puro espectáculo. A Jurgen Klopp le gusta el “rock and roll”.
Es un estudioso
del fútbol y saca lo mejor de sus equipos. No obstante tiene algo más
importante aún. Extraña escucharle decir: “El éxito en el fútbol no es lo más
importante en mi vida” y en una ocasión manifestó: “Jesucristo es la persona
más importante en la historia”.
Tiene unas
firmes convicciones religiosas. Es protestante: “Si alguien me pregunta por mi
fe, yo doy información. No porque pretenda ser algún tipo de misionero”. En su
infancia, en Stuttgart el culto protestante estaba muy arraigado aunque sus
convicciones religiosas y su fe le llegaron de adulto: “Cuando me miro a mí y a
mi vida, y tomo tiempo para eso todos los días, siento que estoy en unas
sensacionales buenas manos”. “Y me parece una pena que otras personas carezcan
de este sentido de seguridad, aunque no lo saben, por supuesto, porque de lo
contrario probablemente lo buscarían”.
Tiene un estilo
de vida y un discurso muy cristiano: “La vida se trata de de dejar en cada paso
un buen recuerdo, de darlo todo. Quiero amar y ser amado”. Antes del partido
con el Real Madrid le preguntaron por una posible venganza tras perder la final
de Champions League en 2018 contra este mismo equipo. Su respuesta fue
claramente cristiana: “No creo en la venganza”.
Carlo Ancelotti: El Don Bosco del banquillo
Simplicidad,
bonhomía, tranquilidad y mucha dosis de paciencia. Carlo Ancelotti es el hombre
tranquilo. O así lo aparenta siempre. La procesión va por dentro. Tiene más
experiencia que nadie. Ganó el trofeo dos veces como jugador (1989 y 1990) y
tres veces como entrenador: dos con el Milan (2003 y 2007) y una con el Real
Madrid (2014).
Ha vivido lo
mejor y lo peor. El Liverpool precisamente le remontaría un 0-3 al descanso y
le quitarían una Champions que ya acariciaba. Pero de los fracasos se aprende y
eso le hizo más fuerte.
Algunos decían
que sus métodos ya estaban anticuados y parecía que, desde hace unos años,
había dejado los equipos TOP por unos equipos, si bien importantes, no
candidatos a lo más alto en Europa. Pero Florentino Pérez confió en él por
segunda vez y el italiano no ha decepcionado.
Un hombre comedido, pero que no duda en mostrar sus emociones. Ríe o llora si hace falta. Un ejemplo:
Con cariño,
paciencia y amistad. “Son mis amigos”, llegó a decir sobre los jugadores.
Maneja con auctoritas los egos de jóvenes y no tan jóvenes estrellas
del futbol. Un carisma aprendido de joven, que se forjó en diferentes colegios
de la orden salesiana en el norte de Italia.
Carlo Ancelotti
es católico y se enorgullece de ello y de esta sensibilidad. En París, en el
vestuario, justo antes de empezar el partido estará acompañado de su gran
amigo: el Padre Pío. Al principio los jugadores alucinaban en Valdebebas. Ya se
han acostumbrado y lo integran dentro del protocolo de antes del partido. Carlo
sacará de su chaqueta una imagen del Padre Pío y la besará dos veces. No es
superstición, es cariño.
“Me fascina la
vida del Padre Pío, en Italia le tenemos mucha devoción, hizo muchos milagros y
me siento impresionado por toda su vida; me conmueve muchísimo», afirma Carlo
Ancelotti, quien reconoce su fe y devoción, pero que dice que nunca rezaría por el futbol: “Dios tiene mejores
cosas que hacer y más importantes. Lo nuestro es un juego y dependemos de
nosotros; y si entrenamos bien, seguro que todo nos saldrá según lo previsto.
Pero dejemos a Dios que atienda otras cosas. Yo creo en Él y le pido a diario,
pero por cosas que me rodean, y no por el fútbol”.
En París, Carlo
Ancelotti y Jürgen Klopp se saludarán antes del partido y durante noventa
minutos (120 si hay prórroga) serán rivales. Cuando termine el partido volverán
a ser hermanos. Los dos son hijos de Dios, comparten valores universales y saben
que Jesús es su prioridad. Incluso por encima de la gloria y el fútbol.
Álvaro Real
Fuente: Aleteia
28 mayo 2022