El objetivo de esta campaña, que se prolonga durante doce semanas, es hacer visible el trabajo de la Iglesia en diferentes áreas, desde la pastoral o la asistencial, a la educativa
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Conferencia Episcopal Española CEE |
La Iglesia comienza en este mes de abril su proyecto #HazMemoria. Durante doce semanas quiere traer a nuestra memoria lo
que es la vida de la Iglesia en los más variados ámbitos de su trabajo diario: desde el anuncio del Evangelio a la actividad socio
sanitaria, desde la acogida a los enfermos a la catequesis de niños y
jóvenes, desde la celebración de la eucaristía a la
compañía a presos o mujeres abandonadas.
Con este proyecto se quiere dar a conocer el trabajo de centenares de miles de personas que,
desde su compromiso cristiano, entregan lo que tienen para el bien de todos: su
tiempo, sus capacidades, sus donativos, sus bienes,… incluso la vida entera. Somos conscientes, como dice el Papa, de que hace
más ruido un árbol que cae que un bosque que crece, pero estamos seguros de que
lo más valioso es el bosque crece, que da frutos, que lleva a cabo lo que se espera de él, en silencio,
sin prisa pero sin pausa.
Cada semana la Iglesia recordará lo que hace en relación a un campo concreto
de su actividad y porqué lo hace.
Se ofrecerán tres testimonios de quienes llevan a cabo ese trabajo y quienes se
benefician de él.
En esta primera semana el proyecto se centrará en la educación, el mejor servicio que se
puede prestar a la sociedad y, de hecho, es la base del progreso humano, tanto
personal como comunitario. El mundo avanza cada
paso sobre el conocimiento que ha sido recogido y compartido por las
generaciones anteriores hasta nuestros días y ahora somos nosotros los que contribuimos a ese progreso con la educación.
Consciente de su importancia, la Iglesia se implica desde hace siglos creando
instituciones educativas en todos los niveles, desde la tierna infancia hasta
la enseñanza universitaria o profesional y la formación de adultos. Numerosas congregaciones y organizaciones de la
Iglesia tienen en su carisma la educación en cualquiera de sus formas:
salesianos, hermanos de La Salle, maristas, escolapios y un sinfín de otras
organizaciones se involucran en la construcción de una sociedad más justa y más
fraterna a través de la educación.
Para la Iglesia, la educación no es simplemente la
transmisión de conocimientos.
Las congregaciones religiosas y todos los cauces educativos creados en la
Iglesia hacen visible que enseñar en la Iglesia tiene mucho que ver con formar
a cada persona desde el corazón, desarrollando sus
capacidades, su inteligencia y voluntad, promoviendo personas libres, capaces
de buscar el bien y de elegirlo para su vida.
Miles de colegios en España se inspiran en este modelo
y procuran implicar a los alumnos, a las familias y a las otras instituciones
sociales, culturales y religiosas en esta educación que resulta esencial. Los colegios inspirados por el humanismo cristiano
proponen un modo concreto de ser persona que es el de Jesús, el hijo de Dios
hecho hombre. En él se encuentran los rasgos que
esos centros proponen a los alumnos y que son los propios de la identidad
cristiana: la amistad social, la cercanía con los que sufren, la opción por los
pobres, el respeto a la dignidad humana, el servicio al bien común, el cuidado
del entorno y tantos otros valores y virtudes que deben ser señas de identidad
de los cristianos.
Aunque los resultados de la educación se ven en el futuro
los esfuerzos para conseguir esos frutos se realizan en el presente. En ello
trabajan decenas de miles de profesores que conocen los fines del proyecto
educativo y empeñan dedicación y esfuerzo conscientes
de que los alumnos bien educados hoy harán posible una sociedad más humana
mañana.
Fuente: Revista Ecclesia