El Santo Padre recordó que mañana sábado se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, establecido por la ONU
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“La promoción de la cultura de la inclusión y pertenencia, la
dignidad de las personas con autismo, la creación de redes solidarias y la
fraternidad al centro de la economía”, son algunos de los temas sobre los que
reflexionó el Santo Padre en el encuentro con los miembros de la Fundación
Italiana para el Autismo, a quienes recibió en audiencia este viernes, en la
Sala Clementina del Vaticano.
“Los animo a llevar adelante su trabajo caminando
junto a las personas con autismo: no sólo para ellos, sino ante todo con ellos.
Ustedes lo saben bien, y también hoy han querido decirlo con un gesto: en la
plaza de San Pedro, algunas personas con autismo cocinarán y ofrecerán el
almuerzo a sus hermanos pobres. Es bello esto. Una iniciativa que testimonia el
estilo del buen samaritano, el estilo de Dios”, lo dijo el Papa Francisco a los
miembros de la Fundación Italiana para el Autismo, a quienes recibió en
audiencia la mañana de este viernes, 1 de abril, en la Sala Clementina del
Vaticano.
Valiosa
contribución a la lucha contra la cultura del descarte
En su discurso, el Santo Padre
recordó que mañana se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo,
establecido por la ONU para llamar la atención del mundo sobre las personas con
autismo y los diferentes aspectos de su condición. En este sentido, el
Pontífice agradeció a la Fundación por el trabajo que desarrolla, en la cual
están implicados investigadores, médicos, psicólogos, entidades y asociaciones
de familiares, que desde 2015 se han trazado el objetivo común de promover una
cultura a favor de las personas que sufren del espectro autista y discapacidad
intelectual.
“De hecho, al llevar a cabo proyectos
de investigación e iniciativas en favor de los más débiles y desfavorecidos –
afirmó el Pontífice – están aportando una valiosa contribución a la lucha
contra la cultura del descarte, muy extendida en nuestra sociedad, demasiado
centrada en la competencia y el beneficio. Nosotros somos víctimas de esta
cultura del descarte”.
La cultura de la
inclusión y pertenencia contra el descarte
Asimismo, el Papa Francisco
aprovecho la oportunidad para compartir algunas líneas de reflexión y
compromiso. La primera de estas líneas estuvo centrada en la promoción de la
cultura de la inclusión y pertenencia contra la cultura del descarte. “La
discapacidad, en todas sus formas – precisó el Papa – representa un reto y una
oportunidad para construir juntos una sociedad más inclusiva y civil. Por eso
es necesario seguir sensibilizando sobre los distintos aspectos de la
discapacidad, rompiendo prejuicios y promoviendo una cultura de inclusión y
pertenencia, basada en la dignidad de la persona”.
Y poniendo como ejemplo la figura
de Santa Margarita de Città di Castello, la joven discapacitada que puso su
vida en manos del Señor para dedicarse por completo a la oración y a la ayuda a
los pobres, el Santo Padre los animó a promover la dignidad de todos aquellos
hombres y mujeres frágiles y vulnerables, que con demasiada frecuencia son
marginados porque se les califica de diferentes o inútiles, pero que en
realidad son un gran activo para la sociedad no sólo en el campo de trabajo,
sino en toda su "vocación".
La participación de
las personas con discapacidad
Un aspecto esencial de la cultura
de la inclusión, afirmó el Papa Francisco, es la posibilidad de que las
personas con discapacidad participen activamente. “Situarlos en el
centro significa no sólo romper las barreras físicas, sino también garantizar
que puedan participar en las iniciativas de la comunidad civil y eclesial y
aportar su contribución. Esto significa apoyar su proyecto de vida mediante el
acceso a la educación, el empleo y los espacios de ocio donde puedan socializar
y expresar su creatividad. Esto requiere – precisó el Papa – un cambio de
mentalidad. Se han dado grandes pasos en esta dirección, pero los prejuicios,
la desigualdad y la discriminación siguen existiendo”.
La solidaridad y la
creación de redes
Otro aspecto importante que
resaltó el Santo Padre fue uno de los efectos de la pandemia de Covid-19 que ha
tenido un impacto muy grave sobre todo en los más frágiles, los ancianos, las
personas con discapacidad y sus familias. Y en las últimas semanas se ha
añadido la tragedia de la guerra en Ucrania. “En esta situación nuestra
respuesta debe ser la solidaridad, el trabajo en red. Solidaridad en la oración
y solidaridad en la caridad que se convierte en un compartir concreto”.
“También en el ámbito de la
discapacidad, las comunidades eclesiales y civiles están llamadas a trabajar en
red, a colaborar armoniosamente para ayudar a los más débiles y desfavorecidos
a hacer oír su voz. De este modo, se aplica la subsidiariedad y se valora la
contribución de todos aquellos que llevan mucho tiempo trabajando por las
personas con discapacidad, creando una gama amplia y diversificada de apoyos.
Dejando de lado las actitudes competitivas, se puede crear una sinergia eficaz
que puede tener un profundo impacto en la sociedad”.
Poner la
fraternidad en el centro de la economía
El cuarto punto de reflexión del
Papa Francisco se centró en la economía que descarta y otra que incluye. Desde
tiempos inmemoriales, empezando por la primera comunidad cristiana de
Jerusalén, a través de muchas y variadas experiencias, el Evangelio nos ha
inspirado a poner la fraternidad en el centro de la economía, para que los
pobres, los marginados y las personas con discapacidad no queden
excluidos. “El trabajo que realiza la Fundación Italiana para el
Autismo también necesita apoyo económico. Por ello – afirmó el Papa – mi
gratitud también se dirige a sus benefactores, que al destinar recursos en
favor de sus vecinos están construyendo una sociedad más unida, inclusiva y
fraternal. Esto también es una forma concreta de hacer negocios solidarios”.
Renato Martínez - Ciudad del
Vaticano
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