Una canción martilleante
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer, al llegar
a la oración de la tarde, venía con una canción en la cabeza y no había manera
de centrarme.
¿Alguna vez has
tenido una canción en la cabeza sin podértela quitar? Por mucho que te guste,
se vuelve como un martillo que no te deja descansar. Intentas orar, trabajar,
estudiar y viene a tu mente, o cuando vas a dormir y ahí está…
Pero he
descubierto un pequeño truco para dejarla e impedir que siga sonando en mi
cabeza. Sencillamente, comienzo a cantar otra canción. Concretamente tengo una
que siempre rompe con cualquier ritmo, impidiendo así que la anterior vuelva y,
como no es nada pegadiza, pues tan solo hace su efecto y ya descanso.
Muchas veces no
son canciones lo que suena en nuestra mente, sino alguna preocupación, o alguna
inquietud con uno mismo o con otra persona. Sin embargo, con esto sucede lo
mismo: necesitamos cantar otra canción para librarnos de seguir dándole vueltas
a lo mismo.
Esa canción es
una letra muy sencilla: Jesús. Solo necesitamos mirarle a Él, dejarlo todo en
Su Cruz, y ponernos a pensar en Sus cosas. Y si aquella “otra canción” vuelve,
pues del mismo modo es que necesitamos volver a mirarle a Él, una y otra vez,
hasta que al fin nos rindamos y lo soltemos totalmente bajo Su poder.
Por más vueltas
que le demos a una cosa, la solución no está en nosotros. Solo Cristo tiene la
vida en Sus manos, Él tiene la última palabra, es nuestra defensa, nuestra
Alegría. Bajo Su cuidado tenemos más de lo que hubiéramos soñado.
Hoy el reto del
amor es cantar una canción nueva. Deja los antiguos pensamientos en Su cruz,
para que Él muera y resucite por ellos, y así cantarás la canción de Alegría,
la que cantan los salvados, como dice el Apocalipsis.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
11 marzo 2022
Fuente:
Dominicas de Lerma