Estamos retrocediendo al pasado en lugar de atrevernos a dar pasos hacia un futuro diferente, un futuro de convivencia pacífica
| Vatican News |
«¡Qué culpa
tienen esas jóvenes madres, qué culpa tienen sus hijos! Hay que tener un
corazón de piedra para permanecer impasible y permitir que continúen estos
desmanes, que sigan corriendo ríos de sangre y lágrimas. ¡La guerra es una
barbarie!». Con estas palabras se expresa el cardenal Secretario de Estado en
unas declaraciones de este sábado a los medios vaticanos en las que lamenta
amargamente que los civiles estén pagando con su vida las consecuencias de la
invasión rusa. Pietro Parolin confiesa que le conmovió conocer a alguno de los
refugiados que ya han sido acogidos en Roma: «En los últimos días me he
encontrado con un grupo de ellos, que ha llegado a Italia desde diversas partes
de Ucrania: miradas vacías, rostros sin sonrisas, tristeza infinita…».
Siguiendo las
indicaciones del Papa, el jefe de la diplomacia vaticana ha intentado hacer
entrar en razón al
ministro de Exteriores ruso y mano derecha de Putin, Serguèi Lavrov, al
que pidió que cesaran los ataques y se respetaran los corredores humanitarios,
tal y como había solicitado el Santo Padre durante
el rezo del ángelus del domingo 6 de marzo. Parolin también reiteró al
político ruso el ofrecimiento de la Santa Sede para actuar mediadora en el
conflicto. Estas acciones diplomáticas se suman a movimientos, algunos nunca
vistos antes, como
la visita del Papa Francisco a la embajada de la Federación Rusa ante la Santa
Sede para departir con el embajador.
Pese a que no
han surtido efecto estas negociaciones, el cardenal conserva la esperanza en
que la diplomacia pueda aún tener cabida y por eso asegura que «nunca es
demasiado tarde para volver sobre los propios pasos y encontrar un acuerdo».
«Estamos retrocediendo al pasado en lugar de atrevernos a dar pasos hacia
un futuro diferente, un futuro de convivencia pacífica. Por desgracia, hay que
reconocer que tras la caída del Muro de Berlín no hemos sido capaces de
construir un nuevo sistema de convivencia entre naciones que vaya más allá de
las alianzas militares o de la conveniencia económica. La actual guerra en
Ucrania deja clara esta derrota», analiza Parolin quien además destaca que «la
guerra es como un cáncer que crece y se extiende. Es una aventura sin retorno,
por utilizar las proféticas palabras de San Juan Pablo II. Por desgracia,
debemos reconocerlo: hemos caído en una espiral que puede tener consecuencias
incalculables y nefastas para todos».
En la
entrevista, el cardenal Secretario de Estado recuerda que no hay una solución
fácil ya que, de un lado «la Doctrina Social de la Iglesia siempre ha
reconocido la legitimidad de la resistencia armada frente a la agresión», pero,
por otro, en opinión de Parolin, cabe preguntarse si «la resistencia armada el
único camino». Por ello, insiste en que «no se debe ceder a la lógica de la
guerra y resignarnos».
Por último,
anima una vez más a los cristianos «a pedir a Dios que conceda la paz, que
ilumine las mentes de los que hacen la guerra y que evite el sufrimiento de los
inocentes».
Ángeles Conde
Fuente:
Alfa y Omega