Se trata de una herida profunda – precisó el Pontífice – motivada por la vergonzosa búsqueda de intereses económicos sin ningún respeto por la persona humana
Fieles y peregrinos en la plaza de San Pedro para rezar el Ángelus |
Este domingo,
después de rezar el Ángelus, el Santo Padre realizó dos llamamientos a la
Comunidad Internacional en el que expresó su dolor e instó a todos los
responsables a que actúen con decisión para evitar la Trata de Personas, como
las prácticas humillantes de la Mutilación Genital Femenina.
“Ante estas
lacras de la humanidad, expreso mi dolor e insto a todos los responsables a que
actúen con decisión para evitar tanto la explotación, como las prácticas
humillantes que afligen, sobre todo, a las mujeres y a las niñas”, fueron los
llamamientos que dirigió el Papa Francisco este domingo después de rezar la
oración mariana del Ángelus, en el que expresó su dolor e instó a todos los
responsables a que actúen con decisión para evitar la Trata de Personas, como
las prácticas humillantes de la Mutilación Genital Femenina.
La mutilación
genital femenina degrada la dignidad de las mujeres
En el Día
Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, el
Santo Padre elevó su voz para denunciar que, “aproximadamente tres millones de
niñas se someten a este procedimiento cada año, a menudo en condiciones muy
peligrosas para su salud. Esta práctica, desgraciadamente extendida en muchas
partes del mundo – precisó el Pontífice – degrada la dignidad de las mujeres y
atenta gravemente contra su integridad física”.
La Trata una
herida profunda motivada por intereses económicos
Asimismo, el
Papa Francisco recordó que, el próximo martes, 8 de febrero, memoria litúrgica
de Santa Josefina Bakhita, celebraremos la Jornada Mundial de Oración y
Reflexión contra la Trata de Personas. “Se trata de una herida profunda –
precisó el Pontífice – motivada por la vergonzosa búsqueda de intereses
económicos sin ningún respeto por la persona humana. Vemos a muchas niñas en
las calles, que no son libres, son esclavas de los traficantes, que las mandan
a trabajar y si no traen el dinero, las golpean. Esto está ocurriendo en
nuestras ciudades hoy en día. Pensemos realmente en ello”.
Renato Martínez
- Ciudad del Vaticano
Vatican News