En un telegrama firmado por el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, Francisco invoca la bendición de Dios sobre un pueblo y una tierra azotados por repetidas catástrofes naturales, Madagascar
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Ana, Batsirai y
luego Dumako, tres ciclones que llevaron muerte y destrucción a la isla de
Madagascar en el espacio de unas pocas semanas. Se calcula que al menos 120
personas han fallecido, y cientos de miles se han visto afectadas de diversas
maneras, desplazadas y sumidas en la inanición. Según el Programa Mundial de
Alimentos, más de 1,6 millones de habitantes de la isla están en peligro porque
el agua del mar ha invadido los campos de arroz, destruyendo la cosecha,
principal fuente de sustento.
Curación,
consuelo y solidaridad
Estas son las
"heridas" que el Papa mira con "gran dolor" y envía toda su
cercanía al país en un telegrama firmado por el cardenal secretario de Estado
Pietro Parolin y dirigido al presidente de la República de Madagascar, Andry
Rajoelina. Francisco se refiere a las catástrofes naturales, a los
"repetidos ciclones, inundaciones y destrucción de viviendas",
manifestando su profunda tristeza y uniéndose en oración por los afectados, por
las víctimas, por la curación de los heridos y por el consuelo de las familias
privadas de sus seres queridos y de sus hogares.
El Papa también
envía sus palabras de aliento a las autoridades civiles y a los servicios de
socorro sobre los que, como sobre todos, invoca la bendición de Dios.
Nuevo temor
para Emnati
En la isla africana
han sido numerosos los testimonios de los misioneros que trabajan para ayudar a
los que lo han perdido todo: se reflexiona sobre los fenómenos climáticos
adversos que son frecuentes en esta tierra, pero también sobre los cambios
climáticos que están haciendo que la devastación en los pueblos sea
especialmente grave. Mientras se intenta reconstruir algunas zonas, la costa
oriental vuelve a estar en alerta por la llegada del ciclón Emnati. Formado en
el Océano Índico, Emnati sigue intensificándose y lo hará más rápidamente hasta
el próximo martes, cuando después de Mauricio y Reunión cruzará a Madagascar y
se convertirá en un intenso ciclón tropical.
Gabriella
Ceraso - Ciudad del Vaticano
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