La secretaria general de Cáritas explica que los voluntarios de la obra social de la Iglesia acaban haciendo tareas para suplir la falta de atención que da la Administración a las personas vulnerables
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La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiró,
ha advertido que la digitalización está «excluyendo» a «muchísimas personas» no
solo en los bancos sino también en «la administración pública». Hay personas,
constata, que no pueden pedir el Ingreso Mínimo Vital al que tienen derecho.
La secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiró, afirmó
que la
digitalización está «excluyendo» a «muchísimas personas» no solo en los bancos
sino también en «la administración pública», pues hay
quien no sabe cómo hacer las gestiones para acceder al Ingreso Mínimo Vital al
que tienen derecho.
«La administración pública digital está excluyendo a muchísimas
personas. Hay muchos trámites de peticiones de ayudas que son complicados para
una persona con habilidades digitales limitadas», declaró Natalia Peiró a la
agencia de noticias Europa Press.
La digitalización ha agilizado los trámites durante la pandemia y
reporta numerosas ventajas, pero no puede ser un canal exclusivo que deje fuera
a las personas ancianas o que no tienen recursos para acceder a un ordenador o
un móvil conectado a internet. «Los servicios sociales deben mantener -dice
Peiró- una presencialidad si no quieren dejar a un montón de gente fuera».
«La digitalización ha sido forzosa en el uso pero no hay una
formación, una capacitación, y esto está haciendo que mucha gente que pudiera
tener acceso a un derecho, se vaya quedando fuera». «No sería justo».
Esta entrevista de Europa Press a Natalia Peiró subraya el mensaje
de alerta que el Papa Francisco repite acerca de la cultura del descarte.
No podemos dejar de lado a las personas más vulnerables. Y los vulnerables no
son solo los enfermos sino también los que no tienen acceso a los medios
económicos o al conocimiento para entrar en la rueda digital.
«Rellenando formularios todo el día»
Peiró explicó que Cáritas -que es la labor social de la Iglesia-
quiere «acompañar y orientar» a las personas que acuden en busca de ayuda. Pero
ahora mismo se ve obligada a emplear mucho tiempo y recursos a algo que debería
asumir la Administración. Los voluntarios tienen que «dedicarse a
hacer formularios o a estar rellenando todo el día cosas imposibles porque la
administración no cuenta con que sus destinatarios no tienen esas habilidades
digitales».
A este fenómeno de desigualdad Peiró lo llama «el nuevo
analfabetismo digital». Este fenómeno descarta a los que no
alcanzan ese conocimiento por edad, pobreza o soledad, entre otras razones.
Peiró es muy contundente en su explicación: «España no es tan digital como creemos o
como queremos. Hay muchas cosas que todavía se deben hacer. Un esfuerzo más
grande para que todas las personas puedan llegar». De modo que
pide que las «puertas o ventanas digitales» no sustituyan a las físicas.
Las declaraciones de Natalia Peiró refuerzan la queja de Carlos San Juan,
un anciano de 78 años que emprendió la campaña #soymayornoidiota.
Con ella reclama a los bancos “un trato más humano” para las personas de edad.
Ya ha logrado reunir 594.000 firmas cuando
publicamos este artículo.
Un altísimo porcentaje de hogares con apagón digital
Los datos de Cáritas arrojan una
imagen mucho más amarga de la realidad social española. Según estos, el 35% de
hogares españoles están en una situación de «apagón digital» -sin conexión o
dispositivos-. En el caso de los hogares donde viven personas mayores de 65
años, el porcentaje llega al 68%.
Cáritas tiene un papel relevante para dar solución a ese problema.
Habla con los bancos para garantizar que las personas en situación vulnerable
puedan abrir una cuenta. Solo así es posible que reciban las prestaciones
sociales a las que tienen derecho.
«En teoría, el Banco de España -explica
Natalia Peiró- dice que las entidades están obligadas a abrir
cuentas de pago básicas aunque no cumplas ciertos requisitos porque
hay personas que no cumplen casi ningún requisito pero tienen derecho a una
pensión no contributiva o al IMV, pero si no te abre el banco la cuenta, no
puedes cobrarla. Ahí trabajamos con ellos para que cumplan con ese derecho».
Dolors Massot
Fuente: Aleteia