El P. Javier Silva revela su experiencia de Dios con sus tíos los reyes Balduino y Fabiola
Balduino y Fabiola en su boda con los pajes. Uno de ellos era el hoy sacerdote Javier Silva. Dominio público |
Pero sus tíos eran Balduino y
Fabiola, los reyes de Bélgica. Ellos tenían su propia pequeña
comunidad de oración y acompañamiento espiritual, con el arzobispo Suenens y la
irlandesa Verónica O'Brian, la mujer que les había unido.
Javier
Silva, que hoy es sacerdote, ha contado emocionado su relación con sus tíos,
que le hicieron crecer en fe y espiritualidad. Lo ha hecho en el Santuario de
Schoenstatt en Madrid el 29 de noviembre durante la presentación del libro El rey Balduino. El
legado de su vida (Ed. Libros Libres), que recoge
memorias del cardenal Suenens sobre Balduino y se amplía con fotos y textos
espirituales que escribió el Rey.
En
la presentación acompañaban al sacerdote el traductor, Pablo Cervera, y el
editor, Álex Rosal. MaterMundi TV recogió
el acto completo en vídeo.
Después
de que Pablo Cervera sintetizara el contenido de la obra y sus principales
puntos espirituales, Javier Silva explica cómo conoció a Balduino y cómo le
acompaña, aún hoy, en su vida espiritual.
Experiencia poderosa de Dios en un retiro
carismático
"En
diciembre de 1975, en una
Vigilia de la Inmaculada de Madrid, tuve una experiencia profunda en un grupo
de Renovación Carismática que estaba
haciendo una convivencia", explica Silva.
"Sentí
el amor de Dios de una manera intensísima. Recuerdo que le dije al Señor esa
noche: 'Señor, aunque
viviera mil años en la oscuridad absoluta y el sufrimiento, nunca podré dudar
de que eres Amor'".
Esa
experiencia cambió toda su vida, sus puntos de referencia. ¿Con quién compartir
algo tan íntimo y transformador? "Unos días después, el 21 de diciembre,
fuimos a Motril [a la casa de vacaciones de los Reyes] y le conté al tío y a la tía
esta experiencia que había vivido yo, y el giro copernicano que había
significado en mi vida, esa experiencia intensísima de la presencia
del Señor Resucitado".
Ellos
ya conocían la Renovación Carismática y su espiritualidad, la experiencia
transformadora de la efusión del Espíritu y el encuentro cercano con Dios que
puede suscitar. Entendieron bien de qué hablaban.
Una comunidad espiritual peculiar
"Me
dijo el tío: "Cuando vayamos a Bruselas te vendrás con nosotros porque quiero presentarte a dos
personas a las que quiero que cuentes esto que nos has contado a la
tía y a mí". Y así fue su primer encuentro con el cardenal Leo Joseph Suenens y
con Verónica O'Brian.
Suenens
y O'Brian eran admiradores de la espiritualidad de la Legión de María en los años 60, y en
los 70 incorporaban a eso la espiritualidad de Renovación Carismática que había
nacido en 1967. Formaban
un grupo de oración y acompañamiento espiritual con Balduino y Fabiola.
El
P. Silva se incorporó al grupo en cierta forma, compartiendo oraciones e
inquietudes. En el grupo usaban apodos: "Michel" era el cardenal,
"Grace" era la irlandesa Verónica O'Brian, "Luigi" era el
apodo del Rey y "Magda" o "Avila" eran apodos de Fabiola. Esa comunidad espiritual acompañó
durante años al joven Silva.
El sacerdote novato y el Rey
En
octubre de 1978, tras unos ejercicios espirituales, Silva sintió la llamada al
sacerdocio. Como regalo de ordenación, Silva pidió al Rey Balduino "el rosario que más hayas
usado tú para rezar". El sacerdote lo mostró al público en la
presentación... "es
este que tengo aquí".
Además,
ese día su tío el Rey
enseguida lo llevó a un aparte y de rodillas le dijo: "Padre, me quiero
confesar y recibir su primera absolución". Silva se emociona al
recordarlo.
Con
la muerte de Balduino, dice Silva, "se ha intensificado nuestra relación, lo siento más cerca, y más
dentro, y más compañero, como un ángel en mi camino. He sentido su
acción de intercesión en mi vida sacerdotal. Creo que ha sido un santo
protector".
Silva
piensa que Balduino ha sido también un intercesor por las vocaciones en la familia Un sobrino
de Silva es sacerdote diocesano de Madrid misionero en Costa Rica y un hermano
de aquel entrará en el seminario en Nueva Orleans en enero. Una prima hermana
del P. Silva es carmelita en el Cerro de los Ángeles y una sobrina religiosa en
Iesu Communio. "La fecundidad
espiritual de este grupo en la familia nos ha marcado a todos",
señala.
Espiritualidad desde la debilidad
asumida
Silva
supo durante sus años de trato cercano con Balduino que "se sentía enormemente débil, con una pobreza extrema,
y ese es uno de los secretos de la santidad de mi tío: era un anawim,
un pobre de Yahvé, un pobre de espíritu. Pese a ser Jefe del Estado y Rey, ante Dios era pobre y sencillo. Tenía
el ardor de decir: Señor, ayúdame a asumirme plenamente, a abrazar mi propia
debilidad como gracia, porque es
desde esa debilidad desde donde tú construyes la santidad".
Invita
a leer el libro El Rey Balduino "en
oración, para recibir gracia, para sentir la comunión con estas personas santas. Habrá momentos que conmuevan
y emocionen: ahí hay que detenerse y acoger la gracia".
Fuente: ReL