Entre los grandes maestros del pensamiento, Joseph Ratzinger
13.11.2021. Premio Ratzinger 2021 (Vatican Media) |
Alrededor de
180 personas han asistido esta mañana a la ceremonia de entrega del Premio
Ratzinger con Francisco: académicos con sus familias y amigos que dan
testimonio de un "vínculo duradero" en beneficio del servicio de la
Iglesia en el mundo de la cultura. Francisco dirigió su pensamiento
"afectuoso, agradecido y admirado" al Papa emérito.
Tras
la pausa del año pasado, debida a la pandemia, se reanuda la cita anual con la
entrega del Premio Ratzinger y el Papa Francisco aprovecha para saludar y
hablar con estima y afecto de su predecesor "un ejemplo de dedicación
apasionada al estudio y a la investigación" que siempre ha unido "su
fe y su servicio a la Iglesia". Un pontificado caracterizado por un
magisterio luminoso y un amor indefectible por la Verdad.
En la mente humana la "chispa" encendida de
Dios
Francisco
se dijo encantado de saludar hoy a la profesora Hanna-Barbara Gerl-Falkovitz y
al profesor Ludger Schwienhorst-Schönberger, los galardonados de este año, así como
al profesor Jean-Luc Marion y a la profesora Tracey Rowland, galardonados con
el Premio Ratzinger en 2020, junto con otras personalidades premiadas en años
anteriores. Es un "vínculo duradero" el que la iniciativa ha
establecido, dice el Papa, entre la Iglesia y el mundo de la cultura, y señala
que la comunidad de premiados crece cada año en número, origen y variedad de
disciplinas. La capacidad de la mente humana, añadió, "es el efecto de la
'chispa' encendida por Dios en la persona hecha a su imagen" que la
impulsa continuamente "a expresar la vitalidad del espíritu en la
conformación y transfiguración de la materia". Pero, reconoce, esto no se
hace sin esfuerzo:
La
Escritura nos habla de la creación de Dios como un "trabajo". Por
ello, rendimos homenaje no sólo a la profundidad del pensamiento y de los
escritos, o a la belleza de las obras artísticas, sino también al trabajo
realizado con generosidad y pasión durante muchos años para enriquecer el
inmenso patrimonio humano y espiritual que hay que compartir. Es un servicio
inestimable para la elevación del espíritu y la dignidad de la persona, para la
calidad de las relaciones en la comunidad humana y para la fecundidad de la
misión de la Iglesia.
Entre los grandes maestros del pensamiento, Joseph Ratzinger
La
presentación de las obras de los premiados, continuó el Papa Francisco, nos dio
la oportunidad de oscilar entre las "corrientes del espíritu", desde
la filosofía hasta la religión, pasando por la fenomenología (manifestación)
del ser, y la evocación de los nombres de tantos "grandes maestros de la
filosofía y la teología de nuestro tiempo". Los interlocutores de sus
investigaciones, como Guardini, De Lubac, Edith Stein, Lévinas, Ricœur y
Derrida, hasta McIntyre, "nos educan a pensar para vivir cada vez más
profundamente nuestra relación con Dios y con los demás, para orientar la
acción humana con la virtud y sobre todo con el amor". Y continúa:
Entre
estos maestros debe contarse un teólogo que supo abrir y alimentar su reflexión
y su diálogo cultural hacia todas estas direcciones juntas, porque la fe y la
Iglesia viven en nuestro tiempo y son amigas de toda búsqueda de la verdad.
Hablo de Joseph Ratzinger.
Reconocimiento y estima por el predecesor
Esta
es, por tanto, dice, "la ocasión de dirigirle una vez más nuestro
afectuoso, agradecido y admirado pensamiento". Y recuerda su encuentro con
él hace unos meses con motivo del 70 aniversario de su ordenación sacerdotal.
...sentimos
que nos acompaña en la oración, manteniendo su mirada constantemente dirigida
hacia el horizonte de Dios. Hoy le damos las gracias, en particular, porque fue
también un ejemplo de dedicación apasionada al estudio, a la investigación, a
la comunicación escrita y oral; y porque siempre unió plena y armoniosamente su
investigación cultural con su fe y su servicio a la Iglesia.
Testimonio de una búsqueda continua del rostro de Dios
El
Papa Francisco recuerda su compromiso con el estudio y la escritura, que
continuó durante su pontificado para completar la trilogía sobre Jesús "y
dejarnos así un testimonio personal único de su constante búsqueda del rostro
del Señor". De su búsqueda, señala, nos sentimos "inspirados y
animados, y le aseguramos nuestro recuerdo al Señor".
Como
sabemos, las palabras de la Tercera Carta de Juan: 'cooperatores veritatis' son
el lema que eligió cuando se convirtió en arzobispo de Munich. Expresan el hilo
conductor de las diferentes etapas de su vida, desde sus estudios hasta su
enseñanza académica, pasando por su ministerio episcopal, su servicio para la
Doctrina de la Fe -al que fue llamado por San Juan Pablo II hace 40 años- y su
pontificado, caracterizado por un magisterio luminoso y un amor indefectible
por la Verdad.
El lema "cooperatores veritatis" sigue
inspirando el compromiso de los estudiosos premiados por la Fundación
Ratzinger, y Francisco concluye afirmando que esas palabras "pueden y
deben inspirar a cada uno de nosotros en nuestras actividades y en nuestras
vidas".
Adriana
Masotti - Ciudad del Vaticano
Vatican News