Tiene 37 años y el padre Cezar Luis Morbach ha pasado de su pequeña aldea rural en Brasil en un mundo de agricultura a la gran urbe de Roma, centro del catolicismo.
P. Cezar Luis Morbach. Dominio público |
En
un testimonio que cuenta precisamente para CARF este joven sacerdote habla de su vida alejada de Dios, su
reencuentro con la fe y la historia vocacional que le ha llevado hasta
el sacerdocio y una formación profunda:
De la pequeña aldea rural a la Teología
sistemática
Soy
el Padre Cezar Luis Morbach, sacerdote de la Diócesis de Novo Hamburgo, Rio
Grande do Sul / Brasil. Nací el 4 de septiembre de 1984 en la ciudad de Campina
das Missões, municipio de la región noroeste del estado. Soy hijo de Amantino
Morbach y Petronilla Schutz Morbach, agricultores. Soy el cuarto de cinco
hijos, siendo mis hermanos: José (quien falleció), Maria Alice, Renato André y
Marco Antônio.
Nací y fui criado en la
vida rural simple, ayudando a mis padres con la tarea y agricultura. Recibí de ellos
desde el principio el ejemplo de honestidad, sencillez, pero sobre todo, fe y
amor a Dios. Nuestra familia es muy religiosa y la oración en la mesa antes de
las comidas es y sigue siendo una costumbre en nuestra casa, así como el rezo
del Rosario, la participación en la Misa dominical (o celebración de la
Palabra, ya que es una comunidad en el interior y a menudo no hay posibilidad
de misa todos los domingos).
También
siempre nos dedicamos al
servicio a la comunidad, ayudando a las personas necesitadas, desempeñando
algún papel de liderazgo, realizando trabajos manuales de limpieza y
preparación de las celebraciones litúrgicas o de oración de la comunidad.
En busca de una vida mejor
El
ejemplo de mis padres, el amor con el que se dedicaron a la comunidad eclesial,
la fe vivida, junto con el testimonio de amigos que ingresaron al Seminario
Menor de la Diócesis de Santo Angelo (Diócesis a la que mis padres,
territorialmente, pertenecen), despertó en mí el deseo de tener una experiencia
en el Seminario. Entonces, en
el año de 1998, después de un fin de semana vocacional en el Seminario, tomé la
decisión de ingresar.
Sin
embargo, algunas circunstancias me hicieron posponer esta decisión. Así, en
1999, a los 14 años dejé la casa de mis padres, ya no para unirme a la
Seminario, pero para vivir, con mi hermana y su familia, en la ciudad de Dois
Irmãos, en busca de una vida mejor. Así,
en agosto de 1999, aún con 14 años, comencé a trabajar en una empresa de
calzados.
Dios me encontró de nuevo
Durante
el día, de 07:00 a 17:30, trabajaba y, por la noche, estudiaba. Después de 8
años de trabajo (4 en el sector del calzado y los otros 4 en el sector del
mueble), en 2006, tras un período de “escape” de Dios, después de haber
completado la escuela secundaria y haber comenzado el curso de Matemáticas en
la Universidad de Vale dos Sinos (UNISINOS), Dios me encontró, de nuevo, a través de un amigo de la infancia,
en vísperas de su ordenación sacerdotal.
Entonces,
el 26 de agosto de 2006, a la edad de 21 años, renuncié al trabajo, al curso universitario, a mis proyectos de
tener familia, a una novia, a los amigos… Lo dejé todo para unirme al
Seminario Propedéutico, en la ciudad de Novo Hamburgo.
Año pastoral
Después
de solo 4 meses de Propedéutica, a principios de 2007, nos enviaron, mis compañeros de la
diócesis y yo, a São Paulo, para estudiar Filosofía. En 2007 y 2008
estudié en la Facultad de Filosofía del Seminario Maria Mater Ecclesiae, en la
ciudad de Itapecerica da Serra y por fin, en 2009, regresé a Rio Grande do Sul
para residir en el Seminario Mayor São Luiz Gonzaga, ubicado en la ciudad de
Viamão, asistiendo así al primer ciclo de Teología en Facultad de Teología de
la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul, en Brasil.
En
el año 2012, a petición del obispo diocesano – y como era costumbre en la
diócesis – fui invitado a interrumpir mis estudios y dedicarme al llamado “Año
Pastoral” en la Iglesia la Arquidiócesis de Porto Velho, más concretamente, en
la Parroquia de São José de la ciudad de Monte Negro, realizando labor pastoral
en la parroquia mencionada.
Ordenación diaconal y sacerdotal
A
principios de 2013, regreso a Río Grande do Sul para reanudar mis estudios de
teología y prepararme para las ordenaciones: la ordenación diaconal, que tuvo lugar el 4 de agosto de 2013 en
la Catedral Basílica São Luiz Gonzaga, ciudad de Novo Hamburgo, y la
sacerdotal, el 20 de diciembre del mismo año en la Parroquia de São Miguel,
ciudad de Dois Irmãos.
Como
sacerdote, desempeñé mi ministerio sacerdotal como vicario parroquial de las
Parroquias de São Pedro, en la ciudad de Gramado (2014-2015), Catedral Basílica
São Luiz Gonzaga, Novo Hamburgo (2016) y São José Operário, también ubicados en
la ciudad de Novo Hamburgo (2017).
En enero de 2018 asumí
el rol de Párroco en la Parroquia de São José, todavía en la
ciudad de Novo Hamburgo, papel que desempeñé hasta septiembre de 2020, la
víspera de mi vida en Roma, para realizar estudios de doctorado.
Máster en Teología y doctorado en la
Santa Cruz
Sin
descuidar la labor pastoral, inicié, en 2016, el curso de Máster en Teología en
la Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul (PUCRS), concluyéndolo,
con alabanza, en mayo de 2019, con la tesis: “El silencio de Dios: la teología del sufrimiento en Hans Urs
von Balthasar”.
Desde
entonces, siempre en sintonía con la voluntad de Dios presente en la persona
de Monseñor obispo, Dom Zeno, el proyecto de estudios de doctorado se
presentó de forma muy palpable.
Entonces,
incluso en medio de las dificultades que enfrentaba la pandemia, recibí
autorización para estudiar el Doctorado en Teología Sistemática en la
Pontificia Universidad Santa Croce de Roma, siendo el campo de estudios
Eclesiología. El tema de mi investigación será: “De Communio Sanctorum a
Communio cum Sanctis: esbozos
de una teología de la comunión con los santos del Capítulo VII de la
Constitución Dogmática Lumen Gentium”.
La formación permanente es urgente
La formación permanente
es siempre urgente y necesaria para el clero y para los fieles laicos. Aunque es una
necesidad, no todos la buscan, ni siquiera entre el clero. Entonces, una vez
completado el curso, asistiré en la formación académica de los seminaristas de
la Diócesis, del clero, así como en la formación pastoral y académica de los
fieles laicos, a través de seminarios y cursos teológicos, según el nuevo Plan
Pastoral de la Diócesis.
Además,
estaré a disposición de las Universidades – entre ellas se destaca la
Pontificia Universidad Católica de Rio Grande do Sul -, por una posible
necesidad de integración en su personal de profesores.
A
pesar de todos los desafíos y dificultades, ya aquí en Roma, la misericordia y la
providencia de Dios nunca nos abandona. Un ejemplo es el tema
económico, ya que la Diócesis de Novo Hamburgo tan solo me puede proveer un
pequeño apoyo en mis estudios, un apoyo que está muy por debajo de las
necesidades básicas.
Gracias a los benefactores de CARF
Por
eso, este proyecto de estudio y, principalmente, la realización de mi
investigación y de mi formación, no sería posible sin la generosa ayuda de mis benefactores de CARF, a
quienes les dirijo todo mi agradecimiento por el bien que me hacen, a mí y a mi
Iglesia diocesana, ayudando, tan generosamente, a llevar a cabo la voluntad de
Dios en mi vida. Muchas gracias y ¡qué Dios les bendiga siempre!
Además, confío, una vez más, en la divina
providencia, feliz de poder servir a la Iglesia de Cristo a través del
estudio. Quiero pedirles a mis benefactores, dándoles muchas bendiciones,
que me encomienden mucho, para que la voluntad de Dios pueda realizarse
plenamente en nuestras vidas.
¡Con
mis oraciones, gratitud y bendición!”.
Fuente: ReL