En el año 2017 el Papa Francisco instituyó la Jornada Mundial de los Pobres que este año se celebra hoy domingo 14 de noviembre
Aciprensa |
Los santos
también padecieron la pobreza y ahora te presentamos a siete de ellos que la
vivieron de modo extremo.
1. San
Francisco de Asís
Es tal vez el
más famoso de los santos pobres que dejó todo para seguir al Señor.
Nació en una
familia acomodada pero decidió vender todo lo que tenía para dárselo a los
pobres y vivir la pobreza, la humildad y la compasión.
En 1210
escribió la regla de los franciscanos, con la pobreza como el fundamento de su
orden, que se manifestaba en la manera de vestirse, los utensilios que
empleaban y sus acciones. A pesar de todo, siempre se les veía alegres.
2. San
Juan de Dios
Este santo de
origen portugués lo dejó todo e incluso simulaba estar loco para así expiar sus
pecados.
Fue llevado a
un manicomio y sufrió varias golpizas, porque esa era la forma de tratar a los
locos en aquel tiempo. Eso le permitió descubrir que para curar a los enfermos
primero debía curarse el alma.
Fundó un
hospital para los pobres donde trabajó incansablemente durante diez años. Murió
en 1550 dejando como legado la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
3. San
Ignacio de Loyola
El fundador de
los jesuitas o la Compañía de Jesús era el menor de los hijos de una acomodada
familia española.
Cuando se
reencontró con el Señor, decidió vivir la pobreza y la penitencia. Se vistió
como pordiosero y vivió de la providencia.
Su espíritu lo
compartieron sus primeros compañeros como San Francisco Javier y San Pedro
Fabro, entre otros.
4. Santa
Bernardette Soubirous
La vidente de
la Virgen de Lourdes en Francia nació en el seno de una familia que padeció la
más absoluta pobreza. En ocasiones no tenían ni alimentos.
Las deudas
forzaron a los Soubirous a dejar el molino donde vivían y buscar una casa que
tenía un solo cuarto, donde se alojó toda la familia conformada por los padres
y sus cuatro hijos.
Para conseguir
un poco de pan para sus hijos, los padres Francisco y Luisa tomaban todo
trabajo que podían encontrar.
5. Santo
Domingo Savio
Era el mayor de
los cinco hijos de Ángel Savio, un mecánico muy pobre, y de Brígida, una mujer
que aportaba al hogar haciendo costuras para sus vecinas.
A los 12 años,
Domingo se encontró por primera vez con San Juan Bosco y le pidió que lo
admitiera gratuitamente en el colegio que el santo tenía para niños pobres.
El día de su
Primera Comunión redactó el famoso propósito que dice: "Prefiero morir
antes que pecar".
Falleció cuando
tenía solo 14 años.
6. San
José Cupertino
El llamado
“santo volador”, por sus muchas levitaciones probadas, vino al mundo en un
pobre cobertizo ubicado junto a su casa porque el papá, un humilde carpintero,
no había podido pagar las cuotas que debía de la vivienda y se la habían
embargado.
A los 17 años
pidió ser admitido a la orden franciscana pero no fue aceptado. Pidió que lo
recibieran en los capuchinos y fue aceptado como hermano lego, pero después de
ocho meses fue expulsado porque era en extremo distraído.
José buscó
entonces refugio en casa de un familiar que era rico, pero este decía que el
joven "no era bueno para nada" y lo echó a la calle. Se vio entonces
obligado a volver a la miseria y al desprecio de su casa.
La mamá le rogó
insistentemente a un pariente que era franciscano que recibieran al muchacho
como mandadero en el convento de los frailes. Allí fue donde comenzó su
impresionante vida de santidad.
7. San
Diego de Alcalá
Este hermano
franciscano, conocido por los muchos milagros que se obraron por su intercesión
en vida, nació en una familia muy pobre en San Nicolás del Puerto en Sevilla
(España).
Toda su vida la
vivió pobre y entre los pobres a quienes sirvió con especial dedicación. Murió
en Alcalá de Henares donde fue portero y jardinero en un convento durante siete
años.
Fuente: ACI Prensa