Corazón agradecido
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días
tuve que acompañar a una hermana al médico. Como ahora soy enfermera, forma
parte de mi oficio. Cuando salimos del monasterio, la Madre Priora nos da una
bendición propia de nuestra Orden. Es una oración muy bonita para rezar antes
de emprender un viaje. Te la comparto:
Me impresionó
mucho la última frase: “Caminad y meditad en el Salvador” y esto es lo que fui
haciendo durante todo el viaje. Me daba cuenta de la grandeza del paisaje, la
belleza de la naturaleza, la cantidad de personas desplazándose a su hogar o o
su trabajo. Por la calle, le pedía al Señor que bendijese a cada persona que me
cruzaba y a su familia. En el hospital, le pedía al Señor que curase a cada
enfermo, no solo el cuerpo, sino también el alma.
Me daba cuenta
de que, caminando en Cristo, la vida se te hace grande, todo tiene un sentido,
todo es motivo de acción de gracias, porque todo se nos ha regalado. Pero todo
este regalo está en Cristo.
A veces nos
pasa que nos quedamos meditando nuestras cosas, nuestros problemas, las
relaciones que tenemos, el comentario inoportuno o qué hacer, qué no hacer, qué
podía haber hecho… La meditación se queda en nuestra cabeza y en nosotros
mismos, y el resultado suele ser la pérdida de paz.
Dar vueltas
sobre nosotros mismos no nos lleva a nada. Salir de ti mismo, entregarte… te
hace feliz. Pero necesitas esa mirada nueva desde la gratuidad, desde el amor.
Cristo te lo da todo. En Él encuentras la vida, el sentido. Él es el principio
y fin de todo.
Dar gracias por
todo te libera el corazón, te enseña a ver lo bueno que Cristo pone en todo.
Jesús daba gracias a Su Padre por todo. Para tocar el cielo necesitas un
corazón agradecido. En el cielo entrará tu corazón agradecido. La gratitud es
la compañera inseparable del Amor.
Jesús nos dijo
“yo soy el Camino”, por ello en esta bendición te dicen: “caminad en el
Salvador”.
Hoy el reto del
amor es caminar y meditar en el Salvador, dar gracias por cinco cosas, las que
quieras. Durante el día, vuelve tu mirada a Cristo desde la gratuidad.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
Fuente:
Dominicas de Lerma