“La cumbre del G-20 en Roma debe considerar seriamente la relación entre los países no desarrollados y los desarrollados”, dice el Papa, mientras una crisis climática y humanitaria golpea África
AFP |
El papa Francisco ha instado a los jefes de Estado y de Gobierno
que participarán del 30 al 31 de octubre en las reuniones del G-20 que tendrán
lugar en Roma (Italia) a reconocer las “asimetrías” que existen en el mundo a
la hora de acceder al sistema sanitario o a las vacunas que están haciendo
frente a la pandemia de COVID-19.
Para el Papa es vital una mirada a las periferias, desde donde se
reconoce mejor lo que pasa en el centro. Y el cuadro es claro: hay poca
consideración de la situación social y humanitaria en los países del Sur, en
especial en África, ante los acontecimientos recientes ocurridos en la frontera
entre Sudán
y el Sudán del Sur y Etiopia, zona incendiada por
violencia, crisis climática y hambre.
“La
cumbre del G-20 en Roma debe considerar seriamente la relación entre los países
no desarrollados y los desarrollados y reconocer las
asimetrías existentes en el mundo, por ejemplo, en el acceso a la atención
sanitaria, para superar mejor la pandemia”, ha dicho el Papa Francisco en
una entrevista reciente concedida a Télam, la agencia estatal de noticias
argentina.
El pontífice pide al G20 que sirva a “rebajar las tensiones a
nivel mundial”, frente a las “escaladas de violencia que sólo provocan más
violencia”.
El último caso, es Sudan, donde los militares se tomaron el poder
con un golpe y la gente ha salido a las calles. Un país que es una pieza
delicada en el rompecabezas de la pacificación de esa zona. Una polvorera que
puede desequilibrar el país fronterizo: Sudán del Sur. El Papa mismo ha apoyado
personalmente los diálogos en el proceso de paz.
Por su parte, Sudán ha sido noticia debido a un golpe de Estado (25.10.2021). El país africano parece volver a un caos autocrático y a alimentar los temores de un regreso al pasado tan solo dos años después de haber sido escenario de una “primavera” que sorprendió al mundo por su gestión pacífica y sin sangre que se saldó con el derrocamiento del dictador Omar al-Bashir.
Golpe de estado en Sudán
Los militares,
que ayer dieron un golpe de Estado, asediaron el domicilio del primer ministro
Abdallah Ham-Dok, poniéndolo bajo arresto militar. «Tras negarse a apoyar el
golpe, el Primer Ministro fue detenido por las fuerzas armadas, que lo llevaron
a un lugar no identificado», informa una nota del Ministerio de la información.
Se dice que los militares golpistas están a las órdenes del general Burhan.
Entre las
demás personas detenidas deberían estar «la mayoría» de los miembros del
gobierno de transición. Según la agencia Al Jazeera, se ha restringido el
acceso a las telecomunicaciones. Por lo tanto, es muy difícil obtener
información sobre las últimas novedades.
Al parecer,
los militares han bloqueado todas las carreteras y puentes que conducen a la
capital.
En los últimos
días, los grupos a favor de la transición a un gobierno civil habían advertido
de un «golpe de Estado sigiloso». Ya el mes pasado, las autoridades habían
conseguido frustrar otro intento de golpe de Estado.
El país atraviesa una difícil transición, marcada por las divisiones políticas y las luchas de poder, desde la destitución -tras 30 años en el poder- del ex presidente Omar al-Bashir en 2019. La comunidad internacional sigue los acontecimientos con aprensión.
El Papa: “El partido se juega ahora”
Estados Unidos se ha mostrado «muy alarmado» por las detenciones
de dirigentes civiles, mientras que la UE pide a todas las partes y a los
socios regionales «que vuelvan a poner en marcha el proceso de transición”.
Por ello, en su última entrevista, el Papa espera de los líderes
del G-20 que pasen de las palabras a los hechos. “El partido se juega ahora”,
pues, insistió, la pandemia sólo puede ser superada si se unen todas las
fuerzas a favor de los más débiles y los países del Sur.
En este sentido, ha señalado que hay que “poner nombre y apellido a las dificultades” que afronta la humanidad en el periodo post-pandémico. Un principio que, a su juicio, también se debe aplicar a los retos que plantea la COP26 sobre el cambio climático en Glasgow, que se celebrará del 1 al 12 de noviembre.
Sudán del Sur, entre crisis humanitaria y climática
La crisis climática- como ha denunciado en más de una ocasión el
Papa – está golpeando también a los países pobres. La emergencia de las
inundaciones en Sudán del Sur es un ejemplo. La Agencia de las Naciones Unidas
para los Refugiados (ACNUR) ha dado la voz de alarma sobre las más de 700.000
personas afectadas en el territorio y ha dicho que estas inundaciones son de
las más fuertes de la última década.
También aumentan las infecciones por enfermedades mortales
transmitidas por el agua. Precisamente, el Papa Francisco ya ha intervenido
donando 75.000 dólares a la diócesis de Malakal.
A pesar de ser uno de los países más pobres del mundo, Sudán del
Sur ha destinado 10 millones de dólares para ayudar a las víctimas de las
inundaciones. Además, los gobiernos locales están construyendo presas y canales
para canales para redirigir el exceso de agua.
Arafat Jamal, representante del ACNUR en Sudán del Sur, residente
provisional y coordinador humanitario de la ONU, se congratuló de que «las
comunidades de acogida y las propias personas desplazadas siguen mostrando una
increíble resistencia y generosidad. Sin embargo, debemos recordar que las
inundaciones se suman a la guerra, a Covid-19 y al hambre.
Ahora se espera que los países del G-20 reunidos en Roma este fin
de semana, miren a estas calamidades. La agencia de la ONU encontró a unas
1.000 personas en el estado del Alto Nilo en Sudán del Sur que llevaban
siete días caminando hacia la ciudad de Malakal. Mujeres, niños, ancianos.
Todos hambrientos, sin dormir, desamparados. ¿Cuáles soluciones propondrán los
países del G-20 a estas situaciones concretas que suceden en las periferias del
mundo?
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia