El cura de Júzcar, Faraján y Alpandeire se quedó al ver el empeoramiento de la situación y se ofreció a llevar a gente en su coche hasta Ronda
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Incendio de Sierra Bermeja. Dominio público |
El fuego,
que ha arrasado un perímetro de 83 kilómetros, obligó el pasado fin de semana
a que 2.670 personas tuvieran que dejar atrás sus hogares en
Jubrique, Genalguacil, Júzcar, Alpandeire, Pujerra y Faraján.
Aleluya ha podido hablar con Gerardo Rosales, párroco
de Júzcar, Faraján y Alpandeire que ha estado al pie del
cañón durante el incendio de Sierra Bermeja. El cura
estaba celebrando la Eucaristía en Faraján a las 11:30 pero ya desde la mañana
le comentó al sacerdote que no veía claro la situación en los tres pueblos.
Tras la Santa Misa, “el humo se puso más fuerte y me fui a comer a
Júzcar. En 5 minutos todo se puso muy mal, me acerco al pueblo y lo estaban
desalojando”.
"Eso parecía la guerra"
El sacerdote
de la diócesis de Málaga ha subrayado que "eso parecía la guerra, muchísima gente en la
calle, policía, los ancianos de una residencia que se veía perdidos y los iban
metiendo en los autobuses y en las ambulancias. La gente del
pueblo ayudando en todo lo que podían, fueron los peores momentos”.
Gerardo se
quedó al ver el empeoramiento de la situación y se ofreció a llevar a gente en
su coche hasta Ronda: “Dejé a gente en el pabellón y en las casas de
los familiares. Volviendo hacia el pueblo se veía una columna
cada vez más fuerte, caían en el coche cenizas y troncos incandescentes. Me paró la guardia civil y me dijo que no
podía seguir y ya di la vuelta en Alpandeire”.
"Es la imagen que más tengo
metida en la retina"
El sacerdote
ha admitido que la situación ha sido muy complicada y el momento más impactante
fue ver a los ancianos desalojados de la residencia: “Fue la imagen que más tengo
metida en la retina, los pobres los veías que no sabían lo que estaba pasando,
desorientados, ese momento fue uno de los más duros”.
Tras
haberse controlado el incendio, Gerardo confirma que ha estado hablando con
algunos alcaldes y vecinos: “Por lo visto en estos tres
pueblos el incendio no ha afectado mucho, se han quemado pinos, pero fincas y
animales no han sido afectados. Se está volviendo a la vida
normal”.
"En cuanto terminé la Misa me puse en
contacto con los tres alcaldes"
El cura de
los tres pueblos admite que desde que se levantó por la mañana ya empezó a
pensar que iba a ser un día diferente: “Estaba con las antenas puestas en
que podía ayudar. En cuanto terminé la Misa me puse en contacto
con los tres alcaldes poniéndome a su disposición. Desde por la mañana ya estaba viendo que la
cosa no estaba clara”.
Gerardo
confiesa también que, también en las situaciones más complicadas, la gente de
la zona no pierde el sentido del humor: “Una mujer me dijo que desde que estaba
con ellos he tenido un confinamiento, la pandemia, inundaciones y ahora el
incendio. Me dijo que a este paso iba camino de
convertirme en Moisés. Aquí son gente que incluso en situaciones malas saben
sacar lo bueno”.
Por SANTIAGO TEDESCHI PRADES
Fuente: Aleluya COPE