Alberto Reyes no olvida la dimensión sobrenatural del sufrimiento causado por el comunismo: Cuba dio la espalda a Dios y necesita convertirse al Evangelio.
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P. Alberto Reyes. Dominio público |
Todavía no se conoce con exactitud el número de
muertos, heridos, torturados, detenidos y desaparecidos en las últimas semanas.
"Están sembrando el terror"
En
una reciente entrevista en la agencia Zenit,
el padre Alberto Reyes reitera todas esas denuncias: "En este momento hay
dos fuerzas muy grandes en tensión. Por una parte, creo que mi pueblo
se ha cansado definitivamente de la farsa social de un país feliz y
orgulloso de su sistema político. Creo que es un momento en el que la gente
siente profundamente que es necesario un cambio radical, un cambio de sistema y
no sólo cambios puntuales”.
"Por
otro lado", continúa, "están el miedo y el instinto de
conservación. La represión del gobierno ha sido y está siendo brutal y
muy agresiva. Están literalmente sembrando el terror. Y eso tiene también
mucha fuerza. Siendo realistas, cualquiera de las dos fuerzas podría imponerse,
pero pase lo que pase, yo sí creo que vamos definitivamente hacia un cambio
social y político. Podrá demorar más o menos, pero el gusto por la libertad ha
entrado ya en nuestras venas".
Nacido en
1967, Reyes cursó tres años de la carrera de Medicina antes de
entrar en el seminario, y tras varios años en Cuba completó sus estudios en
Roma, en el Ateneo Regina Apostolorum, de los Legionarios de Cristo.
Ordenado sacerdote en 1996, tras unos años de párroco en Cuba se trasladó a
Madrid, donde se licenció en Psicología. De regreso a su país, ha
desempeñado diversos ministerios parroquiales al tiempo que escribía algunos
libros, entre ellos Historia
de una resistencia (Voz de Papel), donde describe
la vida bajo el totalitarismo castrista y la labor de la Iglesia para
suavizarlo.
También
durante esta última crisis, con "un trabajo precioso de apoyo y
acompañamiento a las familias de los detenidos y de los desaparecidos,
además de reclamar que el que se manifiesta pacíficamente no incurre en delito
y, por tanto, no es justo que sean juzgado".
Un
gobierno incapaz
Reyes
desmiente los bulos del régimen para justificar su inoperancia ante el covid:
"Los Estados Unidos no niegan a Cuba la posibilidad de adquirir
suministros médicos, eso no es verdad. El responsable de que la
inmunización en Cuba se retrasara ha sido el propio Gobierno, que rechazó
la oferta de un plan de vacunación ofrecido a toda América Latina por defender
la creación de sus propias vacunas en un momento donde era evidente que el
proceso de desarrollo de sus candidatos vacunales se demoraría".
Tampoco el
"bloqueo" es causa de la miseria de los cubanos: "No es correcto
hablar de bloqueo. Estado Unidos ha mantenido sobre Cuba un embargo que no
impide a Cuba negociar con más de cien países ni impide que Cuba
compre en los Estados Unidos medicamentos, alimentos e incluso otros insumos.
Tampoco impide la exportación de algunos productos desde Cuba a la Unión
Americana".
"El
bloqueo real es el interno", subraya, "dado por un cúmulo de
leyes restrictivas y punitivas que provocan la asfixia de la economía cubana e
impiden la liberación de las fuerzas productivas para los cubanos".
Desde el
punto de vista social, "ciertamente Cuba está atravesando por uno de sus
peores momentos con una escasez generalizada y pocas posibilidades de que esta
situación mejore, al menos a corto y mediano plazo. La Iglesia, sobre todo a
través de Cáritas, está haciendo todo lo posible por buscar
soluciones, sobre todo alimentarias y de medicinas, que son dos de los sectores
con más problemas. Sea ayudando a las Cáritas parroquiales con
dinero o con alimentos, estamos intentando llegar hasta donde podemos en la
solución de las necesidades de la gente, si bien no es nada fácil en estos
momentos".
De
espaldas a Dios
Alberto
Reyes añade una reflexión sobre su país que va más allá del mero análisis
político o económico: "Cuba es un pueblo que hace muchos años le dio la
espalda a Dios. Y cuando un pueblo le da la espalda a Dios, no puede
caminar. El reto mayor de Cuba hoy es ayudar al pueblo a volver su rostro a
Dios, a abrir al corazón al Dios que lo ama y no lo ha abandonado".
"Creo
que el reto mayor de la Iglesia hoy", concluye, "es ayudar a la gente
en un proceso de conversión que no sólo destierre odios y
rencores, comprensibles pero inútiles, sino que ayude a las personas a proyectar
sus vidas desde el Evangelio. Si el cubano de hoy no acoge a Cristo en su
corazón, la Cuba del mañana podrá ser muy diferente, pero no conducirá al
pueblo a la vida".
Fuente: ReL