El arzobispo Sanz Montes ha denunciado algunas de las incoherencias relacionadas con estos indultos
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Mons. Jesús Sanz Montes OFM. Dominio público |
En una tercera en ABC, el prelado
recuerda que “los indultos que un gobierno puede estudiar y, eventualmente,
conceder tienen un itinerario que es claro en nuestro ordenamiento jurídico
dentro de un Estado de derecho como es España. Y no se pueden arbitrariamente
conceder o negar desde un caprichoso uso y un interesado cálculo que
no tiene que ver con las palabras manidas en este festival de una extraña
piedad, apelando a sentimientos sagrados y enormemente delicados, para venir a
la postre a tapar los verdaderos motivos que se exhiben impudorosamente desde
una pretendida magnanimidad”.
De este modo, Sanz
Montes alerta que se vive actualmente “en una época en la que las
palabras son continuamente robadas para volcar una verborrea vacía que de tanto
repetirla ya no nos dice nada”, por lo que considera que es una suerte de “encantamiento
para serpientes ingenuas que se dejan llevar por palabras sin verdad con
una trama que engaña”.
Por ello, el arzobispo
de Oviedo recalca que “es extraño invocar el diálogo con los que no quieren
hablar, o tener magnanimidad con quienes la van a usar y tirar, o empeñarse en
la reconciliación con los que siguen insidiando con saña y dividiendo sin
rubor, o abogar por la tolerancia con quienes no renuncian a la violencia, o
apelar a medidas de gracia para beneficio de los que ni las piden ni las
merecen por su amenazante actitud de reincidencia. Digo que es extraño y
también culpable, porque no resulta un atrevimiento ingenuo, ni una
bondadosa inocencia”.
En un tono muy duro
denuncia esta “maquinación política, una más que nos acerca la ralea de
quienes han hecho su propio cortijo de la gobernanza de un pueblo, entonces se
descubre la actitud tramposa de unos modales en las formas y la aptitud
perversa de unos intereses sin entraña”.
“Más difícil resulta
calificar la actitud y la aptitud cuando no hay siglas políticas detrás, sino
simplemente un buenismo irresponsable que se alinea con ellas sin más,
repitiendo como un mantra los argumentos prestados y asumidos en canal, cuando más
bien cabría esperar un juicio moral que se deriva de la rica doctrina social de
la Iglesia que ahonda en su sabiduría y bebe de su experiencia que con
logros y fallos hemos ido escribiendo como preciosa aportación serena a la
sociedad”, añade.
En este sentido, el
arzobispo cree que “como ciudadanos todos y como cristianos los creyentes, tanto
en las coyunturas civiles así como en las eclesiásticas, a todos se nos reclama
esa fidelidad a la coherencia de una posición católica que no aísla ni
empeñece, que no excluye ni enfrenta, y fidelidad a una historia labrada
generosamente por enteras generaciones que durante siglos han construido
pluralmente España. Es la misma enseñanza que no hace tanto tiempo dimos
los obispos españoles hablando de la unidad de nuestro pueblo como un bien
moral, capaz de valorar lo que nos distingue y, al mismo tiempo, lo que nos
enriquece complementariamente, cuando no hacemos de las distinciones un arma
arrojadiza cainita y letal”.
Ahondando en las formas
que ha utilizado el Gobierno, Sanz Montes afirma que “se indultan los intereses
construidos desde el diseño egoísta e insolidario de quien se aprovecha tan
sólo de su propia causa engañando, forzando, manipulando, insidiando y
dividiendo. Pero no se indulta la vida del no nacido a cuyo
asesinato en el seno de su madre se aspira a que sea un derecho, ni la vida del
enfermo o anciano terminal al que se permite acabar con su vida eutanásicamente
en lugar de cuidarla con respeto, cariño y consuelo con las medidas paliativas
y espirituales, ni la educación de nuestros más jóvenes sustrayendo
ideológicamente la responsabilidad de sus padres”.
Fuente: ReL