“Lo más importante es la Eucaristía, intento ir a diario y es lo que realmente me da la gasolina para afrontar lo que venga en el día a día de un modo totalmente distinto”
![]() |
Juan Carlos Luque. Dominio público |
Aunque
cordobés, Luque vive con su mujer y sus tres hijos en Málaga, y confiesa que la
oración es una parte esencial de su vida. De este modo, señala que “en mi casa siempre ha habido unas
bases sólidas y morales muy fuertes”.
Su
recuerdo de la oración –tal y como explica a la diócesis de Málaga- es ver a su madre sentarse en su cama cada
noche y rezar con él. Siendo ya un poco más mayor se fue interno a un
colegio de los padres dominicos, donde cultivó la que era su gran pasión, el
fútbol.
De
este modo, Luque relata que en esos años empezó “a ser un poco más consciente
de lo que el Señor significaba en mi vida. Hasta que, con 19 años, me encontré de lleno con Él
en unos cursillos de cristiandad en Córdoba. Aquello transformó mi
sentir y mi compromiso cristiano, para decirle al Señor que Sí a todo. Descubrí
que Jesús era mi amigo, mi confidente, el hombro en que apoyarme, esa persona
ante la que descubrirme y decirle: aquí me tienes con todos mis defectos. Y así
ha sido desde entonces”.
"El lugar donde refugiarme"
En
su vida y en su trabajo la oración se ha convertido en algo fundamental. Según
cuenta, “lo significa prácticamente todo. Es el lugar donde refugiarme, donde me encuentro con
Jesús, aquel en quien confiar, a quien pedir y encomendar todo lo que pasa en
mi vida. Y lo comparto con mi mujer. Desde que íbamos a casarnos, teníamos
claro que Dios era el pilar de nuestra vida”.
Este
coach deportivo, que también presta ayuda a familias y personas internas en
prisión, reza en cualquier momento y lugar. “Cuando llevo a mi hija de doce años en moto al colegio, vamos
rezando y damos gracias por todo, y ella dice ‘gracias, Señor, por la
familia tan unida que tenemos’. Cuando la escucho, no me canso de darle gracias
a Dios por lo que hemos formado entre Nieves y yo, con su ayuda”, confiesa.
Por
otro lado, confiesa que su oración preferida es el Rosario, “aunque solo me dé
tiempo a rezar un misterio. Cuando termino, tengo la sensación de que he estado un rato con mi Madre,
ella sabe que estoy aquí y me da fuerzas para continuar el día”.
Y
además añade que “lo más
importante es la Eucaristía, intento ir a diario y es lo que realmente me
da la gasolina para afrontar lo que venga en el día a día de un modo totalmente
distinto”.
Fuente: ReL