El tiempo del Vencedor
¡¡Cristo ha
resucitado!! ¡Feliz Pascua!
Estamos en
nuestra semana grande, ¡la Semana de Pascua! ¡¡Es como si toda la semana fuese
domingo!!
Así pues,
Israel y yo, como encargadas del pan, hemos estado planeado cómo sorprender a
nuestras hermanas con panes nuevos, algún desayuno especial... ¡todo de fiesta!
¡Hay que celebrar la victoria de Cristo!
Y, en la
oración, de pronto me surgió pensar: ¿y qué hizo Cristo para celebrar su
victoria?
Supón que
mueres como un fracasado, ante las burlas de pueblo, las críticas de los
líderes religiosos, el desprecio del poder político... ¡¡y al tercer día
resucitas!! ¿Qué harías?
Ya te digo yo
que visitar a Pilato sería parada obligada, sin hablar del encuentro
diplomático con el Sanedrín...
Pero no. Cristo
no hizo nada de eso. Después de dar el aviso a unas mujeres (cuyo testimonio no
era válido en un proceso legal), dedicó su “tarde de gloria”, ¡¡a pasear con
dos de sus... desertores!!
Es lo que
cualquiera habría definido como una grandísima pérdida de tiempo. Encima, ni
siquiera eran dos personajes importantes, ¡de uno no sabemos ni el nombre! Pero
Cristo estuvo con ellos toda la tarde... y dedicó las siguientes semanas a ir
“recuperando” a cada uno de los discípulos. No les echó nada en cara, no les
acusó... solo volvió a demostrarles que les amaba. Porque para Él no hay
victoria si faltas tú.
Llevamos 40
días preparándonos para este momento. Y, en tantas semanas, da tiempo para
todo. Incluso para caer, tropezarse, chocar con los fantasmas... Pues bien,
ahora Cristo nos regala, no 40, sino 50 días en que quiere pasear contigo y
conmigo, para rehacer los caminos, para encender de nuevo nuestros corazones,
para iluminar cada una de nuestras muertes con su Vida. ¡¡Y Él no quiere que
faltemos ninguno a su alegría!!
Cristo quiere
caminar a tu lado, dedicarte todo el tiempo que necesites, ¡para Él nada de lo
tuyo es una tontería! Y, si tiene que caminar hasta Emaús para tocar tu
corazón... lo hará. Es más... eso es lo que hace en cada Eucaristía: regalarnos
su Palabra y compartir su Pan. Pasar tiempo contigo.
Hoy el reto del
amor es dedicar tiempo a alguien. Te invito a que el primero en ser ese
“alguien” sea Jesucristo. ¡Él está deseando pasar unos minutos contigo!
Regálale un rato y disfruta sabiendo que Él te está esperando... y, después, de
Su mano, atiende a la persona que te indique. Recuerda que no estás “perdiendo
el tiempo”, ¡sino que estás amando con tu tiempo! ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma