El exdirector de cine Riccardo Cendamo, y el exjugador de fútbol Samuel Piermarini, siguieron la llamada de Dios a la vida consagrada y este 25 de abril serán ordenados sacerdotes por el Papa Francisco.
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Papa Francisco en ordenación sacerdotal de 2017. Créditos: Daniel Ibáñez / ACI Prensa |
Los
nueve diáconos tienen entre 26 y 43 años de edad y entre ellos destacan los
testimonios de Samuel Piermarini y Riccardo Cendamo.
En
2010, Piermarini jugó para el equipo sub-17 de la federación italiana de fútbol
de la Serie D, Ostia Mare.
Según
indica el periódico La Repubblica, después de las pruebas se le ofreció la
oportunidad de fichar como segundo portero para el equipo juvenil de la
Associazione Sportiva Roma, parte de la liga de fútbol de la Serie A de Italia.
Piermarini
señaló al diario que no aceptaría la propuesta porque sabía que en ese equipo
estaría calentando el banquillo y porque empezaba a sentir que podría haber
algo más que quisiera hacer con su vida.
Al
año siguiente, Piermarini comentó a su familia que se sentía llamado al
sacerdocio e ingresó al Seminario Redemptoris Mater.
“El
llamado del Señor no llegó en un momento preciso”, indicó. “Era el año 2011 y
recuerdo que día tras día, dentro de mí, sentía que solo por ese camino me
sentiría realizado”, agregó.
Piermarini
indicó al Vicariato de Roma que no puede esperar para su ordenación sacerdotal
y señaló que todavía le encanta jugar al fútbol.
Mientras
estaba en el seminario, creó un torneo de fútbol con amigos y compañeros de
clase. También jugó en la Copa Clericus, un torneo de fútbol para sacerdotes y
seminaristas que estudian en Roma.
Por
su parte, Riccardo Cendamo, de 40 años, es un exdirector de cine y profesor de
dirección en la Accademia Togliani, que en 2013 fue invitado a mostrar su
cortometraje codirigido “Regreso a casa” en la 11ª edición del Festival de Cine
de Ischia.
En
una entrevista de 2013 con la revista italiana The Freak, Cendamo indicó que
para aquellos “que aman contar historias, no hay nada más hermoso que compartir
las suyas con los demás”.
“El
cine es un medio muy poderoso y ver cómo tu historia cobra vida, rodando en la
pantalla como la imaginabas, no tiene precio. Tiene sabor a milagro”, resaltó.
Antes
de su ordenación como sacerdote, Cendamo señaló que, al mirar atrás, “me doy
cuenta de que la llamada a la vocación sacerdotal siempre ha existido, ese amor
tenía que madurar”.
Después
de su ordenación como diácono el año pasado, Cendamo fue asignado a servir en
un teatro juvenil en Roma. El teatro fue fundado por un sacerdote en 1993 para
proporcionar un lugar para que los adolescentes crezcan cultural y
espiritualmente.
Traducido y adaptado
por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.