“La Iglesia, con sus misioneros, está cuidando
en muchas ocasiones, de modo heroico a muchas personas que sufren enfermedades
terribles, incurables, mortales”
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Imagen referencial / Crédito: Pexels |
“Es una pena que, en nuestro mundo desarrollado, con muchos más
medios materiales y sanitarios, la
vida de la persona no merezca ser cuidada hasta el final, y se
decida —como si nosotros tuviéramos la llave de la vida y de la muerte— cuándo
la vida de un enfermo ya no tiene valor o sentido”, dijo el P. Calderón en un
comunicado publicado el lunes 22 de marzo.
La ley de la eutanasia fue aprobada el jueves 18 de marzo por el
Congreso de los Diputados, con 202 votos a favor, 141 en contra y dos
abstenciones; y entrará
en vigor en junio del 2021.
La controversial ley permite que un tercero, un familiar o incluso
un médico, pueda firmar la solicitud de eutanasia si el enfermo no puede
expresarse.
También prioriza la eutanasia sobre los cuidados paliativos en los
pacientes graves. Además, a causa de sus criterios vagos y generales, la ley en
la práctica podrá aplicarse a un gran número de casos sin ningún control.
El director de las OMP en España señaló que “la ley que el
Congreso español aprobó la semana pasada sobre la eutanasia y el suicidio
asistido es una prueba más de que el hombre, para nuestra sociedad, tiene valor
en la medida en que es útil, de manera que a quien sufre, en lugar de
acompañarle y ayudarle a vivir esos momentos con paz y sintiéndose amado, se le
puede quitar la vida”.
El sacerdote recordó que “la Iglesia, con sus misioneros, está
cuidando en muchas ocasiones, de modo heroico a muchas personas que sufren
enfermedades terribles, incurables, mortales”.
A estas personas “las cuida con el cariño de quien tiene en sus
manos la oportunidad de que ese enfermo, esa enferma, pueda saberse amado y,
por ello mismo, valorado, digno”.
“Estos misioneros nos enseñan que la vida vale la pena cuando se
convierte en servicio, en preocupación, en entrega a los demás, especialmente a
los más necesitados y desfavorecidos”, aseguró el P. Calderón.
Al final de su comunicado, dio gracias a la Iglesia y a los
misioneros que están en países lejanos, “por darnos esa lección de humanidad y
de caridad hacia aquellos a quienes lo único que podemos dar es amor”. “Lo
único, pero lo que todos más necesitamos”, concluyó.
El día 18 de marzo, cuando se aprobó la ley, los obispos españoles
rechazaron la actuación de los diputados e hicieron un llamado a promover la
objeción de conciencia de los médicos que no deseen participar en el suicidio
asistido.
“Desgraciadamente, se ha buscado la solución de evitar el
sufrimiento provocando la muerte de quien sufre. Es dramático que en España
haya 60.000 personas cada año que mueren con sufrimiento, pudiéndose remediar
con una política adecuada de cuidados paliativos”, señaló a la radio local el secretario
general, Mons. Luis Javier Argüello.
La Asociación
Española de Bioética y Ética Médica (AEBI) también expresó “su total desacuerdo con la Ley de la
Eutanasia aprobada en España”, por ser “injusta y contraria al
bien común de la sociedad española”.
Denunció que se trata de “una imposición ideológica regresiva, que
vulnera los derechos de los ciudadanos, el ‘ethos’ de las profesiones
sanitarias y desprotege a los más débiles”.
POR DIEGO LÓPEZ MARINA
Fuente: ACI/OMP