Con base
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace unos días,
en el trabajo me tocó transportar cajas de un sitio a otro. Lo que tenía que
hacer era llevar la carretilla, hacer el trayecto: en un sitio me lo cargaban y
en otro me la descargaban. Me di cuenta de que unas veces el trayecto era
perfecto, casi no se movían las cajas. En otras ocasiones, en cambio, tenía que
parar y recolocar las cajas porque, si no, se caían por el camino. Después de
unos viajes me di cuenta de que, cuando me cargaban la carretilla y habían
hecho una buena base, estable y ancha, en esas ocasiones la carga transportada
no se movía.
Esto me hizo
orar y pensar: ¿cuál es la base en la que tengo afianzada mi vida? ¿Sobre qué
está construido todo? Porque hay cosas que vivimos que nos hacen dudar,
temblar, y salimos adelante haciendo piruetas.
A la base
muchas veces no le damos importancia, es lo primero que ponemos o lo último que
vemos. Y resulta que es lo esencial para poder caminar felices.
Jesús tenía su
base afianzada en el Padre, en su relación con Él. Todo lo trataba con Él. Los
evangelistas nos cuentan cómo se retiraba a orar. Cuando los apóstoles le
pidieron que les enseñase a orar, les enseñó a dirigirse a Dios, su Padre. Con
esta base construyó todo lo demás, hizo milagros, curó enfermos, sacó demonios.
La base es lo
que sostiene la edificación, por ello nuestra base no puede ser otra que
nuestra fe en Cristo Jesús. A veces ponemos bases que no son firmes, son débiles,
como puede ser el trabajo, las amistades, el dinero, la fama... pero construir
sobre esta base no tiene fundamento.
Poner en la
base nuestra fe en Cristo Jesús es sabernos débiles, pobres, y dejar que Cristo
sea fuerte en nosotros. Es saber que no caminamos solos, que Él está a nuestro
lado guiando cada paso. La Fe en Cristo Jesús es descansar porque Él lleva
nuestra vida: todo un Dios que nos ama con locura, que da su vida por nosotros,
hasta llegar a la muerte de Cruz y resucitar venciendo todas las ataduras que
tenemos. La Fe en Cristo Jesús nos hace personas nuevas y, por su Espíritu
Santo, podemos vivir desde el Amor. Ya no se nos conocerá porque hablemos
mucho, sino porque nuestra vida será la que hable por nosotros. En la base
tiene que estar tu Fe y tu confianza en Él.
Hoy el reto del
amor es pararte a orar cinco minutos. Contéstate esta pregunta: ¿por qué soy
católico?
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma