Desde el amor
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La semana
pasada me tocó aprender algo nuevo en el trabajo. Hemos diseñado unos llaveros
de San José, y varios de los diseños están hechos con nudos de cuerda.
El nudo en
cuestión, a simple vista, parece fácil, pero hacerlo lleva un montón de pasos.
Te animas según vas avanzando en los pasos, porque ves que te están saliendo.
Al final tienes que cortar y quemar para que quede rematado. Aquí llegó el
problema: en el último momento se me deshacía el nudo porque quemaba más de la
cuenta, y las cuerdas quedaban encogidas. ¿Qué podía hacer? Nada... solo volver
a repetirlo.
Mientras lo
repetía, me daba cuenta de que el fallo estaba en que me confiaba y no cuidaba
hasta el último detalle. Me confiaba pensado: esto ya está... y al final se me
estropeaba todo.
Esto nos pasa
con muchas cosas: empezamos con gran entusiasmo y, poco a poco, nos vamos
confiando y dejamos de dar importancia. A veces hacemos una llamada y
escuchamos los primeros cinco minutos... luego desconectamos. Quizas escribimos
un correo y no cuidamos la despedida, o hacemos la comida y no cuidamos que
esté a punto... Tantas cosas en las que solo el amor hace que cuidemos los
detalles pequeños y hasta el final.
En el evangelio
vemos cómo Jesús cuidaba todos los detalles. Cuando curaba a un leproso, no
solo le curaba, sino que también dialogaba con él, y al final le enviaba al
templo a dar gracias y presentar la ofrenda. Podríamos pensar que ya estaba
curado, ya era suficiente, pero Jesús acababa bien todo lo que hacía. Él
cuidaba todos los detalles porque su mirada era desde el amor.
La diferencia
en lo que hacemos lo marca el amor. Cuando dejamos de amar, dejamos de
preocuparnos por el otro, dejamos de escuchar, de atender. El amor es el que
nos hace cuidar hasta el final. ¡Cuántas veces experimentas en tu vida que
Jesús cuida de ti hasta en el más mínimo detalle, que su Amor es el que te
sostiene!... y descubres que su muerte y Resurrección son el manantial de donde
brota la vida.
Desde este Amor
empezamos a amar nosotros. Su Amor será la referencia que tenderemos en nuestra
vida y le pediremos a Jesús tener sus mismos sentimientos y cuidar todo hasta
el final como Él lo hizo y lo sigue haciendo.
Hoy el reto del
amor es cuidar hasta el final esa conversación, ese correo, esa visita... desde
el amor, y pídele a Jesús poder ver su Amor en la jornada.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma