Mira estos recursos virtuales para inspirarte en el padre adoptivo de Jesús en el camino hacia la Semana Santa y la Pascua
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Dominio público |
En este
tiempo marcado por la pandemia -que, entre otras cosas, pone a prueba nuestra
fe, nuestra esperanza y nuestra caridad-, podemos entrar en un camino de
conversión.
Fe,
esperanza y caridad: estas tres virtudes son para los cristianos como las luces
que iluminan la pista de aterrizaje. Hacen que el piloto tenga cierta
visibilidad. Si olvidamos una de las tres podemos desequilibrar nuestra
relación con Dios, con el mundo y con nosotros mismos.
San José y las virtudes
Estamos
pasando por un momento
difícil. Nuestra visibilidad es reducida. Muchas cosas están fuera de nuestro
control, pero seguimos siendo hijos amados del Padre y es
nuestra responsabilidad ser capaces de encontrar la manera de vivir, día a día,
estas tres virtudes: fe, esperanza y caridad.
Cada
gesto y palabra, cada decisión que tomamos, está llena de estas tres
realidades.
La figura de San José puede inspirarnos y ayudarnos en este camino. Como una pequeña luz en la pista de un
aeropuerto, este hombre elegido por Dios vivió plenamente estas
tres virtudes.
Su
humanidad fue transformada por el amor de Dios y por la presencia del Hijo de
Dios, del que fue padre adoptivo.
José es
el hombre de la fe que aceptó
la misión de ser el padre adoptivo de Jesús, por amor,
afecto y obediencia. Es el hombre de la esperanza, porque supo esperar con confianza
la realización de la promesa de Dios en su vida y en la de su pueblo.
Es el
hombre de la caridad,
que comprendió que el amor puede hacer grandes cosas, aunque permanezcamos en
la sombra, aunque nuestro compañero de camino sea a veces el silencio y la
soledad. Pero un
silencio y una soledad habitados por Dios.
Pequeñas luces en la oscuridad
¿Cuántos
de nosotros nos preguntamos cuál es el sentido de la vida? Tal vez José se preguntaba, antes de
la visita del ángel, cuál era el sentido de todo lo que tenía que vivir.
¿Cuántos
de nosotros sentimos el absurdo peso de la soledad y el silencio? Estamos
llamados, cada uno de nosotros, a dirigir nuestra mirada hacia Aquel que se
hizo silencioso por nosotros, a quien vivió el drama de la muerte por nosotros,
para introducirnos en la Vida: Jesús, hijo adoptivo de aquel hombre que cuidaba
de la sagrada familia de Nazaret.
Si José
puede inspirarnos a vivir estas tres virtudes, sólo en Jesús y con Él podemos crecer en fe, esperanza y
caridad. Y así nos convertimos en pequeñas luces en el mundo.
José
educó a Jesús, pero en realidad también podemos imaginar que fue educado por su
propio hijo. En este intercambio de amor nace la vida, el resultado del amor
dado y recibido. Eso nos a avanzar en esta vida con fe y esperanza.
Confiemos
a la intercesión de san José nuestro
camino de Cuaresma, nuestra peregrinación espiritual y nuestra vida.
Confiémosle a los que amamos y a los que nos cuesta amar; y también al
mundo. Él sabía cómo
cuidar a Jesús; sabrá cuidar de cada uno de nosotros.
Para ir más allá
Con
motivo del Año Santo dedicado a san José, la red social de oración Hozana te propone tres
comunidades de oración para que profundices en tu intimidad con este gran
santo: la consagración total a san José ,
el mes
de san José y su oración a San José, y la devoción de
los lirios perfumados de san José.
¡Asegúrate
de elegir tu itinerario de oración con san José! Otro consejo: el papa
Francisco ha publicado una carta apostólica, Con corazón de padre.
No dejes de leer y meditar ese hermoso texto.
Por el padre Emmanuel Albuquerque.
Fuente: Aleteia