Impresionados. Descolocados. Consternados.
De esta manera la familia
misionera de la Archidiócesis de Toledo, de las Obras Misionales Pontificias en
España y de las familias de las misiones en Perú, junto a todos los misioneros
y misioneras de Toledo, están viviendo y recibiendo la noticia, triste noticia,
del fallecimiento de Jesús López Muñoz, Sejo, que durante los últimos años ha
sido el Director Diocesano de Obras Misionales Pontificias en Toledo y el
Delegado Diocesano de Misiones de Toledo.
Una noticia que ha llegado en el
ambiente más gélido posible, rodeados de nieve, en cuyos parajes encontramos
las últimas imágenes y fotografías, pasión de Sejo, que conservaremos de él en
nuestras retinas misioneras.
Una noticia que nos ha dejado helados, pero que se nos presenta como un mensaje de esperanza, que nos refuerza siempre en el Evangelio, en Jesucristo; porque es momento de vivir junto a Sejo un anuncio de esperanza, que nos concierne a todos, porque vivimos una esperanza increíble pero verdadera que nace de la resurrección de Jesús, del mensaje que Dios es Padre, que nos da la vida a todos nosotros, sus hijos, y que nos abraza con la Vida Eterna.
Gracias a Dios por haberle
conocido
Desde diferentes lugares del
mundo han comenzado a llegar mensajes de condolencia y oración para la familia
misionera de Toledo y, en especial, para la familia de Sejo. Así ha ocurrido
desde Ayacucho (Perú), donde su Arzobispo Mons. Salvador Piñeiro, y amigo
personal de Sejo, hacía llegar una oración por esta vida entregada a la misión.
De igual manera el Director Nacional de las OMP España, José María Calderón, ha
querido dar “gracias a Dios por haberle conocido y haber trabajado con él estos
años, y le pido a Dios por él y por la familia misionera de Toledo”.
En nuestra Archidiócesis de
Toledo, y comenzando por el Arzobispo de Toledo, Mons. Francisco Cerro Chaves,
se están sucediendo diferentes mensajes de condolencias, cercanía y oración,
reconociendo el estímulo y el empuje misionero de Sejo, durante los últimos
años, de entrega decidida a la animación misionera en Toledo.
“Al atardecer de la vida nos
examinarán del amor”
Hoy son muchos los que recuerdan
la frase de San Juan de la Cruz, “Al atardecer de la vida nos examinarán del
amor”, que tantas veces ha citado Sejo en sus homilías, pero también en sus
conversaciones más cercanas. Hoy Sejo se encuentra y ha vivido su atardecer de
una vida entregada a la misión, con amor por la misión, amor decidido por las
misiones en Perú, amor y acompañamiento por todos los misioneros y misioneras,
que han sentido la caricia misionera de este toledano delegado de misiones.
Los que le conocían de cerca a
Sejo, todos los que han compartido reunión con él en la Zona Centro de OMP
España, en el Consejo de Asuntos Económicos de OMP, en el Consejo Nacional de
Misiones, en las reuniones de las Secretarías del Plan Pastoral Diocesano de
Toledo, saben que no era muy amigo de los papeles y de las largas reuniones, al
contrario, era presbítero de acción, de calle, de contacto y de caminar. De
estar siempre junto a las personas, dispuesto en las periferias y a la
intemperie, sin miedo a ser dañado y accidentado, porque siempre ponía a las
personas en el centro de su día a día, de su trabajo misionero.
Junto a la Biblia, junto al
Evangelio, dos eran las lecturas y obras que tenía siempre en sus palabras: “El
principito”, de Antoine de Saint-Exupéry, y Juan Salvador Gaviota, Richard
Bach. Lecturas que sus amigos están recordando en estos momentos, como la frase
“’Gaviota que ve lejos, vuelta alto”, para hacer presente el vuelo que ha
emprendido Sejo, para retornar a la Casa del Padre.
Biblia, El Principito, Richard
Bach
Libros, lecturas y palabras que
nunca se entenderían sin sus “piedras”. Siempre en búsqueda de una piedra, o lo
que es lo mismo, de un Castillo, de una edificación histórica, de un camino que
llevará al descubrimiento y al hilo de un nuevo retazo de la Historia para
compartir con todos y con sus indagaciones. Piedras que hoy son recuerdos,
piedras que hoy son presencias, piedras que ha sido la fortaleza misionera de
este misionero que durante muchos años, y aún hoy, no se entendería sin su
estrecha unión con Pachacámac (Perú).
Pero además, como línea
estratégica pastoral, había integrado Evangelii Gaudium en toda su acción
pastoral, en toda su actividad, en toda su iniciativa, porque junto al Papa
Francisco vivía la posibilidad de la conversión misionera de la Iglesia. Acción
que desarrollaba también en la Delegación de Misiones y, además, en la
Parroquia de La Puebla de Montalbán, su último destino, su última morada, desde
la que partía a la morada misionera definitiva.
La familia misionera de Toledo
unida en torno a Sejo
La familia misionera de la
Archidiócesis de Toledo hoy se encuentra unida en torno a Sejo, a Jesús López
Muñoz, sabiendo que es momento de hacer presente a Jesucristo Resucitado, con
un claro mensaje de esperanza, de vida y de compromiso misionero. Hoy la familia
misionera de la Archidiócesis de Toledo convierte la evidente tristeza en un
impulso misionero para seguir contagiando de la Alegría del Evangelio a todo el
mundo. Hoy la familia misionera vive este triste acontecimiento de Sejo junto a
su familia, junto a sus hermanos, junto a la comunidad Parroquial de La Puebla
de Montalbán, manifestando su unión misionera y la fraternidad que Sejo nos ha
hecho vivir cada día y en cada instante.
Descansa en Paz Sejo, la misión
sigue estando presente en tu camino, la misión sigue estando en nuestro camino,
la misión es el sentido y el motor de nuestra vida entregada, como la que has
demostrado en tu entrega misionera.
Gracias, Misericordia y Paz.
Fernando Redondo Benito
Archidiócesis de Toledo
Fuente: Aleteia