Lo importante del uso de una o más medallas, reiteró, “es que la que tengas, te dé devoción”
El P. Fortea precisó que ante los
maleficios y la acción del demonio “no hay recetas, no hay fórmulas”.
“Mucha gente me dice ‘deme una
fórmula poderosa’. No. ‘Deme una oración poderosa’. Todas las oraciones son
buenas”, precisó, y alentó a usar “la que más te guste”.
El sacerdote español precisó que
esta forma de pensar no es correcta. “Lleva la medalla o medallas que te den
devoción. Y bésala, mírala, tenle devoción, es un recuerdo”.
“Es verdad que también lo ven los
malos espíritus y les desagrada, pero no es el número”, indicó.
“Con los sacramentales no es ni
la cantidad ni el número, sino la devoción con que usamos ese objeto
bendecido”, explicó.
El P. Fortea subrayó que es
verdad “que en sí mismo el objeto bendecido los demonios lo ven y les desagrada
e incluso les puede alejar”. Pero, precisó, “algunos pueden resistir y
acercarse a pesar de todo. No es infalible. ‘Llevo esta medalla y ya no se me
acerca ningún demonio’, no”.
El uso de la medalla, dijo, puede
bastar “para que algunos demonios se alejen, porque es un objeto en el que el
sacerdote y tú misma has orado para pedir que aleje Dios los demonios y la
acción de Dios dirá fuera. Pero a veces no, a veces pueden resistir esa
medalla”.
Lo importante del uso de una o
más medallas, reiteró, “es que la que tengas, te dé devoción”.
El sacerdote también advirtió
contra la idea “de la contaminación”, pues “hace que haya personas que no
quieran ir a visitar a familiares o tocar un regalo que les han traído, etc.”.
Ante esto, el P. Fortea recordó
el pasaje evangélico de Mateo 15, 10-11: “Escuchad y entended. Un hombre no
queda manchado por lo que entra a través de su boca, sino por lo que sale de
él”.
El sacerdote español indicó que mientras que “en muchas religiones, muchísimas, la insistencia siempre es en no quedar impuro por lo de fuera, determinados objetos. En el cristianismo eso ya no nos importa, lo que importa es lo que sale de dentro”.
Fuente: ACI Prensa