![]() |
Gentileza |
Jonatan tiene 35 años, es cocinero y nació en
Honduras. Está casado y tienen una niña pequeña. Describe la vida en su país
como “una buena vida”. “Teníamos dos negocios. Uno de ropa y un restaurante.
Nos iba muy bien, mi familia es buena, trabajadora y luchadora”.
Perseguido
por las maras
Pero el trabajo, el sacrificio y la bondad no
siempre van acompañados de buena suerte en su país. Al cabo de un tiempo las
mafias hondureñas conocidas como ‘maras’ aparecen en sus vidas. “Desgraciadamente
nos empezaron a extorsionar, a pedirnos una renta por trabajar en nuestros
negocios”. La propuesta era clara: o pagaban o morían. “Nos
siguieron varias veces en coche” y Jonatan tuvo que tomar una decisión drástica
para cuidar de su familia.
Después de ver peligrar su vida y la de los que
más quería, decide escapar del país. Dejándolo todo atrás, su negocio, parte de
su familia, amigos… huye del país donde nació para llegar a España.
Nueva
vida en España
“Llegamos a un mundo nuevo. Un mundo difícil para
nosotros porque no conocíamos a nadie. Pero a la vez aliviados porque estábamos
vivos. Ha sido muy difícil porque al llegar a un sitio tan grande donde tus
oportunidades se limitan… por ejemplo, tuvimos que pedir asilo en España y nos
ha sido denegado. Hemos venido con el interés de hacer el bien, apoyar en lo
que podamos y de seguir adelante”.
Llegar a España tampoco ha sido fácil. La
situación -y más ahora- es compleja. “Viendo esta situación de limitación,
encontramos por las redes sociales a Daniel Almagro”. Y aquí comienza
prácticamente una nueva vida. “Él y su familia nos tendieron la mano sin
pensarlo. Después nos dimos cuenta de que era el líder del proyecto Emmanuel
que es muy bonito, donde pondré mi granito de arena en cuanto pueda ya que han
sido muy buenos con nosotros”.
Misión
Emmanuel
Daniel Almagro fundó la Misión
Emmanuel precisamente para acoger a inmigrantes como Jonatan. Y
puede que te imagines un gran proyecto -que lo es- con buenas infraestructuras
y trabajadores. pero no es así: es mejor. Daniel y su familia acogen y
acompañan a las personas en su propia casa. Daniel quiere seguir a Jesús de
esta forma, ser Iglesia con sus propias manos, completar esa invitación que nos
hizo Cristo.
“Nos
han ayudado económicamente, nos han dado algo para ponernos calentitos en este
tiempo de frío, nos asesoran para seguir nuestro proceso… son personas
maravillosas que nos han ayudado muchísimo”.
La fe
para superar la cuesta arriba
En España han tenido que vivir cómo su proceso de
entrada en el país se estanca, varias enfermedades, situaciones difíciles… Pero
aún así dice que “la fe es algo fundamental en estas situaciones ya que nos ha
tocado estar siempre cuesta arriba. La fe es lo que nos ha mantenido en pie.
Gracias a Dios no nos ha faltado esa mano amiga que siempre nos ha impulsado a
seguir adelante”.
“Ahora mismo vemos la vida cuesta arriba, pero
entendemos que todos los procesos son así. Con nuestra fe y con el apoyo de
personas maravillosas lo vamos a lograr. Tenemos la convicción de que querer es
poder. Tenemos el proyecto de poner un restaurante en España y poder mostrar al
mundo que los inmigrantes queremos hacer el bien y que estamos dispuestos a
luchar”.
Javier González García
Fuente:
Aleteia