El Papa Francisco ha dado a conocer su mensaje con motivo de la
29° Jornada Mundial del Enfermo que se celebrará el póximo 11 de febrero,
memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, cuyo tema "Uno
solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8). La relación
de confianza, fundamento del cuidado del enfermo", inspirado en
el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen,
pero no hacen (cf. Mt 23,1-12).
Nadie es inmune al
mal de la hipocresía
"La crítica
que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» es beneficiosa, siempre y
para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía", explica
Francisco subrayando que se trata de un mal muy grave que nos impide vivir la
fraternidad universal a la que estamos llamados como Hijos de Dios.
En este sentido, el
Pontífice puntualiza que ante la condición de necesidad de un hermano o una
hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la
hipocresía: "Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa
y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse
involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del
servicio".
Por otra parte, el
Papa hace hincapié en que la experiencia de la enfermedad "hace que
sintamos nuestra propia vulnerabilidad" y, al mismo tiempo, la necesidad
innata del otro: "Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida
y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios".
“La
enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios;
una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la
existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata.
Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta
búsqueda trabajosa”
La enfermedad
siempre tiene un rostro
Asimismo, en su
mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2021 marcada por la pandemia, el
Santo Padre recuerda que la enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de
uno: "Tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se
sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus
derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22)".
Francisco expresa
que, por un lado, la pandemia actual ha sacado a la luz numerosas
insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las
personas enfermas: "Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre
tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera
equitativa".
La pandemia desata
crisis y también generosidad
Y por otro, esta
crisis sanitaria "ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad
de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes,
religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de
responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a
tantos enfermos y a sus familiares": "Una multitud silenciosa de
hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las
heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la
misma familia humana", escribe el Papa.
El bálsamo de la
cercanía
Y en este punto, el
Pontífice destaca que la cercanía humana, "es un bálsamo muy valioso, que
brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad".
“Como
cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el
buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano,
herido por el pecado. Estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a
amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn
13,34-35)”
En este contexto,
Francisco recuerda la importancia de la solidaridad fraterna, que se
expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy
diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo: «Servir significa cuidar a
los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo».
En este compromiso
-continúa el Papa- cada uno es capaz de "dejar de lado sus búsquedas,
afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles y
buscar la promoción del hermano".
La importancia de la
buena terapia y la relación de confianza
Otro de los
aspectos que profundiza el Santo Padre en su mensaje es la importancia de que
haya una buena terapia para el paciente enfermo. El Papa afirma que es decisivo
el aspecto relacional, "mediante el que se puede adoptar un enfoque
holístico hacia la persona enferma".
“Dar
valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los
profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles
en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza. Se
trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y
quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la
sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en
el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes
sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes”
Francisco finaliza
su mensaje enfatizando que el mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus
discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los
enfermos: "Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus
miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por
el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede
solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado", exhorta Francisco y
concluye encomendando a "María, Madre de misericordia y Salud de los
enfermos", a todas las "personas enfermas, los agentes sanitarios y
quienes se prodigan al lado de los que sufren".
Ciudad del Vaticano
Vatican News