La cultura de la atención, como
"compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la
dignidad y el bien de todos", y "disposición a interesarse, a la
atención, a la compasión, a la reconciliación y a la curación, al respeto mutuo
y a la acogida recíproca", constituye un medio privilegiado para construir
la paz, a fin de "erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y
el enfrentamiento, que a menudo prevalece hoy en día". Lo escribe el Papa
Francisco en su Mensaje, hecho público esta mañana, para la 54ª Jornada Mundial
de la Paz, que se celebrará el próximo 1 de enero de 2021, Solemnidad de María
Santísima, Madre de Dios.
Se necesitan artesanos de la paz para iniciar procesos de curación
En las ocho páginas del texto, titulado
"La cultura del cuidado como camino de paz", que lleva la fecha, como
es tradicional, del 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de
la Virgen María, el Papa "se dirige a los Jefes de Estado y de Gobierno, a
los responsables de las Organizaciones internacionales, a los líderes
espirituales y a los fieles de las diversas religiones, y a los hombres y
mujeres de buena voluntad". A ellos les recuerda lo que escribió en su
última encíclica, Fratelli tutti:
"En muchas partes del mundo se necesitan caminos de paz que lleven a la
curación de las heridas, se necesitan artesanos de la paz dispuestos a iniciar
procesos de curación y de encuentro renovado con ingenio y audacia".
La pandemia agravó las demás crisis
Francisco observa los acontecimientos
del 2020, marcados por "la gran crisis sanitaria de Covid-19", que ha
agravado crisis que están muy estrechamente vinculadas, "como las
climática, alimentaria, económica y migratoria, y que han causado grandes
sufrimientos y dificultades". Piensa en primer lugar en "los que han
perdido a un familiar o a un ser querido, pero también en los que han perdido
su trabajo". Recuerda de manera especial a los médicos, enfermeros,
farmacéuticos, investigadores, voluntarios, capellanes y personal de los
hospitales y centros de salud, "que han trabajado duramente y siguen
haciéndolo, con gran esfuerzo y sacrificio, hasta el punto de que algunos de
ellos han muerto en el intento de estar cerca de los enfermos, de aliviar su
sufrimiento o de salvar sus vidas".
Vacunas y asistencia también para los
más pobres y frágiles
Pensando en ellos, el Pontífice renueva
su llamamiento a los dirigentes políticos y al sector privado, que hizo en
su vídeo-mensaje con motivo del 75°
aniversario de las Naciones Unidas, "para que adopten
las medidas adecuadas a fin de garantizar el acceso a las vacunas contra el
Covid-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para asistir a los enfermos
y a todos los que son más pobres y frágiles".
Cultura del cuidado contra la
indiferencia, el descarte y la confrontación
El Papa Francisco lamenta que,
"junto a los numerosos testimonios de caridad y solidaridad", se
están impulsando diversas formas de "nacionalismo, racismo, xenofobia e
incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción". Y subraya
la pandemia y los demás eventos que han marcado el camino de la humanidad en el
año 2020:
“Nos
enseñan la importancia de hacernos cargo los unos de los otros y también de la
creación, para construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad. Por
eso he elegido como tema de este mensaje: La cultura del cuidado como camino de
paz. Cultura del cuidado para erradicar la cultura de la indiferencia, del
rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día”
El cuidado de los primeros cristianos
por los más frágiles
Siguiendo el ejemplo del Maestro,
continúa el Pontífice, los primeros cristianos "practicaban el compartir
para que nadie entre ellos estuviera necesitado y se esforzaban por hacer de la
comunidad una casa acogedora, abierta a todas las situaciones humanas,
dispuesta a hacerse cargo de los más frágiles". Y luego cuando "la
generosidad de los cristianos perdió algo de impulso, algunos Padres de la
Iglesia insistieron en que la propiedad está destinada por Dios al bien
común". San Ambrosio, recuerda el Papa Francisco, argumentó que la
naturaleza dio "todas las cosas para los hombres para el uso común",
pero la codicia convirtió este derecho común para todos en "un derecho
para unos pocos". Una vez libre de la persecución, la Iglesia implementó
la "charitas christiana", instituyendo o suscitando el nacimiento de
"hospitales, refugios para los pobres, orfanatos y hospicios" para la
humanidad que sufre.
La "gramática" del cuidado en
la doctrina social de la Iglesia
Estos ejemplos de "caridad activa
de tantos testigos luminosos de la fe", escribe el Santo Padre, se reflejan
en los principios de la doctrina social de la Iglesia, que ofrecen a todos los
hombres de buena voluntad la "gramática" del cuidado:
“La
promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres
y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la
creación”
Ruta común siguiendo la brújula de estos
principios
El Pontífice invita, por tanto, a
"los responsables de las organizaciones internacionales y de los
gobiernos, del mundo económico y científico, de la comunicación social y de las
instituciones educativas", ante "el agravamiento de las desigualdades
en el interior de las naciones y entre ellas", a retomar la
"brújula" de los principios de la doctrina social de la Iglesia, para
dar al proceso de globalización un curso común y "verdaderamente
humano", como ya lo indicó en Fratelli tutti. “Esta permitiría
apreciar el valor y la dignidad de cada persona, actuar juntos y en solidaridad
por el bien común, aliviando a los que sufren a causa de la pobreza, la enfermedad,
la esclavitud, la discriminación y los conflictos”. Y añade:
“A
través de esta brújula, animo a todos a convertirse en profetas y testigos de
la cultura del cuidado, para superar tantas desigualdades sociales. Y esto será
posible sólo con un fuerte y amplio protagonismo de las mujeres, en la familia
y en todos los ámbitos sociales, políticos e institucionales”
Demasiadas violaciones del derecho
humanitario
Una brújula útil también para las
relaciones entre las naciones, "que deben inspirarse en la fraternidad, el
respeto mutuo, la solidaridad y la observancia del derecho internacional".
Proteger y promover los derechos humanos fundamentales, y respetar el derecho
humanitario, "especialmente en este momento en que los conflictos y las
guerras se suceden sin interrupción". De hecho, el Papa Francisco lamenta
que "muchas regiones y comunidades han dejado de recordar una época en la
que vivían en paz y seguridad", y muchas sufren violencia, hambre, exilio
y falta de educación.
Fondo contra el hambre, con el dinero
que se utiliza hoy para las armas
La pandemia y el cambio climático,
subraya Francisco, ponen de manifiesto la gran "dispersión de
recursos" para las armas, "en particular para las armas
nucleares", que podrían utilizarse para "la promoción de la paz y el
desarrollo humano integral, la lucha contra la pobreza, la garantía de las
necesidades de salud". Y relanza la propuesta hecha en el pasado Día
Mundial de la Alimentación:
“Qué
valiente decisión sería constituir con el dinero que se usa en armas y otros
gastos militares un Fondo mundial para poder derrotar definitivamente el hambre
y ayudar al desarrollo de los países más pobres”
El papel irremplazable de los líderes
religiosos
Los líderes religiosos en particular,
explica el Pontífice, pueden desempeñar "un papel insustituible en la
transmisión a los fieles y a la sociedad de los valores de la solidaridad, el
respeto a las diferencias, la acogida y el cuidado de nuestros hermanos y
hermanas más frágiles".
“A
todos los que están comprometidos al servicio de las poblaciones, en las
organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales, que
desempeñan una misión educativa, y a todos los que, de diversas maneras,
trabajan en el campo de la educación y la investigación, los animo nuevamente,
para que se logre el objetivo de una educación más abierta e incluyente, capaz
de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión.
Espero que esta invitación, hecha en el contexto del Pacto educativo global,
reciba un amplio y renovado apoyo”
Una comunidad de hermanos que se cuidan
unos a otros
Los cristianos, es la invitación final
de Francisco, deben mirar a la Virgen María, "Estrella del Mar y Madre de
la Esperanza":
“Trabajemos
todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de
fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida. No cedamos a la tentación
de desinteresarnos de los demás, especialmente de los más débiles; no nos
acostumbremos a desviar la mirada, sino comprometámonos cada día concretamente
para formar una comunidad compuesta de hermanos que se acogen recíprocamente y
se preocupan los unos de los otros”
Alessandro Di Bussolo – Ciudad del
Vaticano
Vatican News
