Durante la
primera embestida del coronavirus en nuestro país, los teléfonos de los
delegados de Medios de Comunicación de las distintas diócesis españolas no
dejaban de recibir peticiones de entrevistas. Televisiones, periódicos, radios… Manuel Romanos. Foto: Delegación de Medios Zaragoza
Todos querían contar el trabajo que la Iglesia estaba haciendo frente al coronavirus, que en el fondo se puede resumir con un pasaje evangélico, extraído del capítulo 13 de san Juan: «Que os améis los unos a los otros como yo os he amado».
Pero en
realidad, la labor realizada por todos ellos hay que conjugarla en presente
porque, en la actualidad, cuando la atención mediática ha disminuido
considerablemente, siguen amando a Dios a través de los más golpeados por la
pandemia.
Estos son
algunos ejemplos:
Cercanía
en el hospital
Doble mascarilla, dos pares de guantes, gafas y buzo. Es el atuendo que todavía debe enfundarse Francisco Javier Iglesias, capellán de hospital en Madrid, para entrar en las habitaciones de los contagiados por la COVID-19. «Una vez dentro trato de ser cercano. Pasan mucho tiempo solos y sin ningún tipo de contacto, así que les agarro de la mano y les hablo de su familia», confiesa el sacerdote.
En muchos casos, es la última comunicación que el paciente va a
tener en esta vida. Ocurrió hace una semana. Iglesias recibió la visita del
hijo de una persona ingresada. «No le dejaban acceder por culpa del coronavirus
y me pidió que me acercara a visitarla y a impartirle los últimos sacramentos».
Al día siguiente falleció la mujer. Con todo, Iglesias reconoce que actualmente
la presión no es tan alta y «ahora podemos entrar en todas las habitaciones»,
cosa que «al principio no nos dejaban hacer».
Respeto
en el cementerio
Agustín
Gabarre, Coordinador de las capellanías
del cementerio municipal de Zaragoza
Un mes antes del confinamiento, Gabarre fue designado coordinador de los capellanes del cementerio municipal de Zaragoza. Con la llegada del coronavirus, «pasamos de los 15 servicios habituales en un día a cerca de 30». Pero más que de los datos, el diácono permanente prefiere hablar de las personas. Recuerda a una señora a la que se le murió el marido y nos pidió dar fe de su inhumación al no poder acudir ella misma en persona por ser grupo de riesgo.
En la actualidad,
el trabajo del coordinador no se ha visto incrementado en proporción al alto
número de contagios que está registrando España, «aunque todos los días tenemos
algún responso por un fallecido a causa de la COVID-19», advierte. En cualquier
caso, él continua sirviendo entre un buen número de medidas de protección
–mascarilla, distancia social…–, pero «con todo el respeto que se merecen los
fallecidos».
Acompañamiento
en el duelo
Maite
Valls Martí, Religiosa de Jesús-María y
psicóloga experta en atención al duelo
Una de las especialidades de Maite Valls –religiosa de Jesús-María, psicóloga y una de las referentes para la Pastoral de la Salud del Arzobispado de Barcelona– es la atención al duelo. Desde su posición de especialista, vaticina que el duelo en esta segunda ola va a ser una experiencia «todavía más complicada» que en los primeros momentos de la pandemia. «En aquel momento fue difícil, sobre todo por la incertidumbre.
No sabíamos lo que iba a pasar». Ahora, «la gente ya sabe que
el acompañamiento al enfermo, incluso a los muertos, está limitado» y «vivir
este momento sin poder hacer un ritual que ayude a poder despedirse de la
persona querida es muy duro», asegura. Al mismo tiempo, advierte de que «las
consecuencias de esta no elaboración del duelo las veremos más adelante». En la
actualidad, para atender estos casos, Valls no utiliza apenas palabras, se
centra en «comprender».
José
Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega