
Ya ha comenzado el otoño y parece que la vida se sume, poco a poco, en
el silencio. Hasta el caer de las hojas marchitas, se hace en un gran silencio…
Y esto, que nos muestra la naturaleza, nos recuerda a Jesús, que a su
Muerte, guardó silencio en el sepulcro… Si “el Rey duerme”, ¿qué no harán sus
pequeñas criaturas, salidas de sus manos?… El “otoño” de “el Rey de la
Creación”, enseñó a la naturaleza a guardar silencio y a esperar, para cuando
Él determinara, volver a brotar la Vida… “Yo Soy la Resurrección y la Vida”,
¡por eso todo, y nada fuera de Él, resucita!…
¡Y claro, de estas meditaciones, no surge más que una acción de gracias
y alabanza al Creador de tanto bien!… ¡Cuánto Amor ha tenido que tener Dios en
su Corazón, para hacer estas “cositas amarillas”, que tanto deleitan la vista y
mucho más nuestro corazón!... ¡Y es que, de la muerte, surge la vida, como
Jesús nos ha enseñado en su Palabra, en los Evangelios y más en su Vida misma!…
Por esto, ¡no hay lugar para la tristeza o el desaliento cuando a
nuestro alrededor vemos esta mutación de muerte en vida!… ¡Cuántas veces nos
invaden en la mente sentimientos lúgubres!… ¡Pero no son reales!... Lo real son
estas preciosas flores amarillas, que, inclinándose hacia mí, me están
gritando: “¡Alaba y da gracias al Autor de la Vida!”… ¡Mejor dicho, al que es
la Vida misma!: “El que cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está
vivo, y cree en Mí, no morirá para siempre”…
Y nos podría Jesús haber preguntado, como a Marta: “¿Crees esto?”…
¡Pues respondamos como ella: “Sí, Señor, yo creo que Tú eres el Hijo de Dios,
el que tenía que venir al mundo” para revelarnos estas cosas tan preciosas!...
Por esto, hoy el reto del amor es... ¡competir con las florecillas a
dar gracias a Dios, por la vida, por el sol, por la salud y la enfermedad
también!… ¡Por todo lo bueno, que hoy voy a gozar de su Mano!...
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma