A la autoescuela
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El domingo, después de la
Eucaristía, el sacerdote que nos acompaña nos dio la primera charla de los
Ejercicios, un poco a modo de introducción. Ya cuando estaba para terminar, nos
invitó a ir a “la escuela de María”, a sentarnos en sus pupitres como niñas, ya
que ella es Madre y Maestra.
Aquello conectó dentro de
mí rápidamente con algo que había estado hablando con una amiga unos días
antes. Me comentó que se iba a sacar el carnet de conducir, y que estaba yendo
a clases para preparase el teórico.
La verdad es que me
acordaba perfectamente de la primera vez que fui a la autoescuela, a la primera
práctica... Siempre me ha gustado mucho conducir, por lo que me di cuenta de
que era la única escuela a la que iba con gusto...
Así que, de aquella frase,
todo se desencadenó dentro de mí: ir a la “escuela de María” es como ir a las
clases de autoescuela, donde Ella nos puede enseñar su experiencia, cómo
recorrer el camino para amar a su Hijo, cómo interpretar las señales; porque,
todo lo que podemos saber de Jesús, Ella lo conoce y nos lo quiere contar...
La única diferencia de
nuestra vida con la autoescuela es que estas clases nunca acaban, duran toda la
vida y, si en algún momento terminan, será porque habremos descubierto que el
verdadero descanso lo encontramos cuando decidimos bajarnos del asiento del
piloto y le dejamos a Cristo no solo el control, sino los mandos, nuestra
libertad y todo.
Mientras tanto, Ellos
seguirán a nuestro lado infundiéndonos confianza, regalándonos un camino por
delante, una vida llena de aventuras, y con la certeza de que con Ellos siempre
sabremos qué carretera tomar.
Hoy el reto del amor es ir
a la autoescuela de Jesús y de María. Tu seguridad está en el Señor, Él ha
trazado una hoja de ruta para tu día, para que seas feliz, y su mayor deseo es
recorrerla juntos. Siempre encontrarás baches, stops o tormentas inesperadas,
pero si le dejas el control... ¡todo irá sobre ruedas!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma