Co-fundadora de la Orden de la Visitación de Santa María. Se
dedicó a las obras de caridad especialmente hacia los más pobres y los enfermos
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Dominio público |
A
los 21 años, Santa Juana Francisca se convirtió en una mujer de belleza y muy
refinada, se casó con el barón de Chantal, con quien tuvo seis hijos, tres de
los cuales murieron en la infancia.
En
su castillo, ella restauró la costumbre de la misa diaria, y estaba seriamente
comprometido en varias obras de caridad. Después de la muerte de su esposo se
hizo religiosa y fundó una orden.
Fiesta: 12 de agosto
Martirologio
romano: Santa Juana Francisca Fremiot de Chantal, religiosa que, teniendo
primero un matrimonio cristiano con seis hijos, a quienes educó en la piedad;
quedó viuda, caminó rápidamente bajo la dirección espiritual de San Francisco
de Sales y aceptó el camino de la perfección, dedicándose a las obras de
caridad, especialmente hacia los más pobres y los enfermos; comenzó la Orden de
la Visitación de Santa María, a la que también dirigió con mucha sabiduría y
prudencia. Su tránsito hacia la patria celestial ocurrió en Moulins, a orillas
del río Allier, cerca de Nevers, en Francia, el día 13 de diciembre. Su fiesta
fue asignada para el día 12 de agosto
Biografía de Santa Juana
Francisca
Santa
Juana FranciscaFremiot nació en Dijon, Francia, el 23 de enero, de 1572, nueve años
después de finalizado el Concilio de Trento.
De
esta manera, estaba destinada a ser uno de los grandes santos que el Señor
levantó para defender y renovar a la Iglesia después del caos causado por la
división de los protestantes.
Santa
Juana fue contemporánea de San Carlos Borromeo de Italia, Santa Teresa de Ávila
y San Juan de la Cruz de España.
También
de San Juan Eudes y de sus compatriotas, el Cardenal de Berulle, el Padre Olier
y sus dos renombrados directores espirituales, San Francisco de Sales y San
Vicente de Paúl. En el mundo secular, fue contemporánea de Catalina de Medici,
del Rey Luis XIII, Richelieu, Mary Stuart, la Reina Isabel y Shakespeare.
Su
madre murió cuando tenía tan solo dieciocho meses de vida. Su padre, hombre
distinguido, de recia personalidad y una gran fe, se convirtió así en la mayor
influencia de su niñez.
A
los veintiún años se casó con el Barón Christophe de Rabutin-Chantal, de quien
tuvo seis hijos. Dos de ellos murieron en la temprana niñez. Un varón y tres
niñas sobrevivieron.
Tras
siete años de matrimonio ideal, su esposo murió en un accidente de
cacería. Ella educó a sus hijos cristianamente.
En
el otoño de 1602, el suegro de Juana la forzó a vivir en su castillo de
Monthelon, amenazándola con desheredar a sus hijos si se rehusaba.
Ella
pasó unos siete años bajo su errática y dominante custodia, aguantando malos
tratos y humillaciones.
En
1604, en una visita a su padre, conoció a San Francisco de Sales. Con esto
comenzó un nuevo capítulo en su vida.
Entrega a la vida religiosa
Bajo
la brillante dirección espiritual de San Francisco de Sales,nuestra Santa
creció en sabiduría espiritual y auténtica santidad. Trabajando juntos,
fundaron la Orden de la Visitación de Annecy en 1610.
Su
plan al principio fue el de establecer un instituto religioso muy práctico algo
similar al de las Hijas de la Caridad, de S. V. de Paúl.
No
obstante, bajo el consejo enérgico e incluso imperativo del Cardenal de
Marquemont de Lyons, los santos se vieron obligados a renunciar al cuidado de
los enfermos, de los pobres y de los presos y otros apostolados para establecer
una vida de claustro riguroso. El título oficial de la Orden fue la Visitación
de Santa María.
Sabemos
que cuando la Santa, bajo la guía espiritual de San Francisco de Sales, tomó la
decisión de dedicarse por completo a Dios y a la vida religiosa, repartió
sus joyas valiosas y sus pertenencias entre sus allegados y seres queridos con
abandono amoroso.
De
allí en adelante, estos preciosos regalos se conocieron como "las Joyas de
nuestra Santa." Gracias a Dios que ella dejó para la posteridad joyas aún
más preciosas de sabiduría espiritual y edificación religiosa.
A
diferencia de Santa Teresa de Ávila y de otros santos, Juana no
escribió sus exhortaciones, conferencias e instrucciones, sino que fueron
anotadas y entregadas a la posteridad gracias a muchas monjas fieles y
admiradoras de su Orden.
Uno
de los factores providenciales en la vida de Sta. Juana fue el hecho de que su
vida espiritual fuera dirigida por dos de los más grandes santos todas las
épocas, San Francisco de Sales y San Vicente de Paúl.
Su vida mística
Todos
los escritos de la Santa revelan la inspiración del Espíritu Santo y de estos
grandiosos hombres. Ellos, a su vez, deben haberla guiado a los escritos de
otros grandes santos, ya que vemos que ella les indicaba a sus Maestras de
Novicias que se aseguraran de que los escritos de Santa Teresa de Ávila se
leyeran y estudiaran en los Noviciados de la Orden.
Santa
Juana fue una auténtica contemplativa. Al igual que Sta. Brígida de Suecia
y otros místicos, era una persona muy activa, llena de múltiples proyectos para
la gloria de Dios y la santificación de las almas.
Estableció
no menos de ochenta y seis casas de la Orden. Se estima que escribió no
menos de once mil cartas, que son verdaderas gemas de profunda
espiritualidad.
Más
de dos mil de éstas se conservan todavía. La fundación de tantas casas en tan
pocos años, la forzó a viajar mucho, cuando los viajes eran un verdadero
trabajo.
Santa
Juana le escribió muchas cartas a San Francisco de Sales, en búsqueda de
guía espiritual. Desafortunadamente, después de la muerte de San Francisco la
mayoría de las cartas le fueron devueltas a Santa Juana por uno de los miembros
de la familia de Sales.
Como
era de esperarse, ella las destruyó, a causa de su naturaleza personal sagrada.
De este modo, el mundo quedó privado de lo que pudo haber sido una de las
mejores colecciones de escritos espirituales de esta naturaleza.
Fuente:
PíldorasdeFe.net