El
amor se demuestra a la segunda
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El
otro día escuché una reflexión muy curiosa. Usaba como punto de partida la
primera parte de la novela “Los Miserables”, de Victor Hugo: cómo Jean Valjean
no consigue trabajo por su condición de ex convicto y cómo encuentra a un
sacerdote que le acoge esa noche en su casa.
Justo
en ese punto arrancaba la reflexión, poniéndose en la piel de Jean Valjean:
-“Puede
decir ‘¡Wow! Qué majo el cura, por fin alguien me tiende la mano...
¡gracias!’... o quizá también podría pensar: ‘Este curita está haciendo el acto
de caridad de la semana... solo finge interesarse por mí, pero no le
importo...’.”
Continuaba
explicando que tal vez se dieron las dos, pero que, finalmente, prevaleció la
segunda... y el ex convicto decidió robar al sacerdote en cuanto se durmiera.
Ya
sabemos lo que pasó: esa misma noche le pilla la policía y, cuando le llevan de
vuelta a la casa del cura, éste ordena a los guardias que le suelten,
asegurando que no le había robado la vajilla de plata... sino que él se la
había regalado. Este acto cambió por completo y para siempre el corazón de Jean
Valjean.
De
ahí concluía que todos podemos valorar un acto de amor que tengan con nosotros,
pero también ese acto puede pasar sin dejarnos huella. Sin embargo, cuando
alguien te da una oportunidad, le fallas, y decide volver a apostar por ti...
eso no se olvida jamás. Por eso afirmaba que “el amor se demuestra a la segunda”.
“Cuando
alguien te falla, cuando tienes argumentos justos y razonables para echarle en
cara todo... ese es el momento de decidir si quieres tener razón... o si
quieres cambiar el mundo”.
¡Cuántas
heridas podemos crear por el simple hecho de querer demostrar que teníamos
razón! Hace ya unos años, me impresionó un montón la parábola del hijo pródigo:
podemos decir que el hermano mayor de alguna manera tenía razón... pero se
quedó fuera de la fiesta.
Jesucristo
es quien más argumentos tendría para dejarnos de lado. Y, sin embargo, ¡ahí
sigue, apostando por ti y por mí una y otra vez! Porque sabe que es entonces,
cuando estamos caídos, cuando más necesitamos su amor infinito. Y nos lo
entrega no 2 ni 3 veces... ¡¡sino “hasta 70 veces 7”!! Más aún, vuelve a acogernos
“muy contento”... (Lc 15, 5). Porque, en la segunda oportunidad, se demuestra
que de verdad te importa esa persona, más allá de sus éxitos o fracasos.
Hoy
el reto del amor es descubrirte miembro del “club de las segundas
oportunidades”. ¡Cristo vuelve a creer en ti una y otra vez! Te llama “amigo”
y, por muchas meteduras de pata que hayas tenido, es capaz de empezar de cero.
¡Disfruta de su Amor! Y, si hoy tienes que elegir, piensa cuál será tu opción:
¿tener razón... o amor? ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma