A
sus 27 años, servir a los desamparados es más que un trabajo, es una vocación
para Alex que suele preguntarse: ¿Qué haría Jesús en mi lugar?
Alex Tingquist |
Para el joven norteamericano Alex Tingquist,
involucrarse con quienes viven en la pobreza fortaleció su fe y comunión con la
Iglesia. El fruto de esto ha sido un férreo compromiso de Alex con las personas
sin hogar.
Entrevistado por el periódico de su arquidiócesis, el Arkansas Catholic, confidencia que tiene devoción por San Benedicto Joseph Labre, el santo patrón de las personas sin hogar. “Provenía de una gran familia, una familia rica de Francia... eligió voluntariamente ser un sin techo para entender mejor las enseñanzas de Cristo y comprender la difícil situación de las personas sin hogar en Francia”, comenta.
Entrevistado por el periódico de su arquidiócesis, el Arkansas Catholic, confidencia que tiene devoción por San Benedicto Joseph Labre, el santo patrón de las personas sin hogar. “Provenía de una gran familia, una familia rica de Francia... eligió voluntariamente ser un sin techo para entender mejor las enseñanzas de Cristo y comprender la difícil situación de las personas sin hogar en Francia”, comenta.
Asistir al
Instituto de Verano de Cáritas, un programa diocesano que enseña a jóvenes de
secundaria sobre la justicia social de la Iglesia cambió la vida de Alex
Tingquist. “Esa fue la primera vez que estuve realmente expuesto al tema de la
falta de vivienda”, contó el joven de 27 años, cuya madre Liz es la directora
diocesana de la pastoral juvenil y universitaria.
Pronto, él y sus
amigos estaban distribuyendo alimentos no perecibles y artículos de tocador
bajo el puente de Broadway en Arkansas.
Durante
aproximadamente una década, Tingquist ha prestado servicios a las personas sin
hogar, entre otros lugares en Little Rock, Austin, Texas, y en Bruselas,
Bélgica, para el verano de 2019, ayudando a la Federación Europea de
Organizaciones Nacionales. Su proyecto final, presentado en la primavera de
2020, fue un estudio de viabilidad para transformar el antiguo convento de la
iglesia de San Eduardo en Little Rock en un alojamiento para estudiantes
universitarios sin hogar.
“Es habitual”,
denuncia Alex, “que se atribuya a las personas sin hogar el ser delincuentes,
violentos o que es por su irresponsabilidad que están en la calle". Pero
esto es solo prejuicio. "Cuando veas a alguien que sufre la falta de
hogar, haz contacto visual, sonríe y salúdalo porque todo el día se les
considera menos que humano", agregó el joven líder católico.
Alex se graduó de
la Universidad de Arkansas en mayo 2020 y obtuvo una maestría en Asistencia
Social de la Escuela Clinton de Servicio Público. Este joven feligrés de la
iglesia de Nuestra Señora de las Santas Almas y de la Catedral de San Andrés,
ambas en Little Rock, trabaja en los Servicios Comunitarios del Condado de
Pulaski como administrador del sistema que gestiona información de las personas
sin hogar; rastreando la falta de vivienda y la inestabilidad de acceso a la
misma.
“Me siento
genuinamente llamado por Cristo para hacer este trabajo”, dice Alex Tingquist.
“Me permite tener siempre presente lo que haría Jesús; quien fue un siervo para
todos nosotros. Era especialmente un siervo para la gente que estaba marginada
en la sociedad”, concluye.
Fuente:
Potaluz