Fue canonizado en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en 1588
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A
su genio penetrante unía un juicio muy equilibrado, que le permitía ir al fondo
de las cuestiones y dejar de lado lo superfluo para discernir todo lo esencial
y poner al descubierto los sofismas de las opiniones erróneas. El santo se
distinguió en filosofía y teología escolásticas.
El
santo no veía en sí más que faltas e imperfecciones y, por humildad, se
abstenía algunas veces de recibir la comunión, por más que su alma ansiaba
acercarse a la fuente de gracia. Pero un milagro de Dios permitió a San
Buenaventura superar tales escrúpulos.
Durante
los años que pasó en París, compuso una de sus obras más conocidas, el
"Comentario sobre las Sentencias de Pedro Lombardo", que constituye
una verdadera suma de teología escolástica. Guillermo de Saint Amour hizo en la
obra titulada "Los peligros de los últimos tiempos" un ataque directo
a San Buenaventura. Ataque que el santo contestó con un tratado sobre la
pobreza evangélica, titulado "Sobre la pobreza de Cristo".
En
1257, San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino recibieron juntos el título de
doctores. San Buenaventura escribió un tratado "Sobre la vida de
perfección", destinado a la Beata Isabel, hermana de San Luis de Francia y
a las Clarisas Pobres del convento de Longchamps. Otras de sus principales
obras son el "Soliloquio" y el tratado "Sobre el triple
camino".
En
1257, Buenaventura fue elegido superior general de los frailes Menores. No
había cumplido aún los 36 años y la orden estaba desgarrada por la división
entre los que predicaban una severidad inflexible y los que pedían que se mitigase
la regla original. El joven superior general escribió una carta a todos los
provinciales para exigirles la perfecta observancia de la regla y la reforma de
los relajados.
El
primero de los cinco capítulos generales que presidió San Buenaventura, se
reunió en Narbona en 1260. Ahí presentó una serie de declaraciones de las
reglas que fueron adoptadas y ejercieron gran influencia sobre la vida de la
orden. San Buenaventura empezó a escribir la vida de San Francisco de Asís.
El
santo gobernó la orden de San Francisco durante 17 años, y por eso se le llama
el segundo fundador. En 1265, el Papa Clemente IV trató de nombrar a San
Buenaventura arzobispo de York, a la muerte de Godofredo de Ludham , pero el
santo consiguió disuadir de ello al Pontífice. Sin embargo, al año siguiente,
el Beato Gregorio X le nombró cardenal obispo de Albano, ordenándole aceptar el
cargo por obediencia. Se le encomendó la preparación de los temas que se iban a
tratar en el Concilio ecuménico de Lyon, acerca de la unión de los griegos
ortodoxos.
San
Buenaventura se caracterizaba por la sencillez, la humildad y la caridad.
Mereció el título de "Doctor Seráfico" por las virtudes angélicas que
realzaban su saber. Fue canonizado en 1482 y declarado Doctor de la Iglesia en
1588.
Fuente: ACI