Puedes
morir en la calle porque eres un "ciruja" y por lo tanto no tienes el
grado de higiene personal para merecer socorro
Ambulancia
para los pobres de Roma (@VaticanMedia)
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El
día de Pentecostés, Francisco bendijo una ambulancia puesta a disposición por
la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano para ayudar a los
necesitados. La Limosnería Apostólica la utilizará para sus actividades
caritativas.
Puedes
morir en la calle porque eres un "ciruja" y por lo tanto no tienes el
grado de higiene personal para merecer socorro. No es el inicio de una ficción,
sino el drama real experimentado por Modesta Valenti, una anciana sin hogar
que, el 31 de enero de 1983, padeció una enfermedad tras una noche fría cerca
de la estación de Termini, en Roma, cuando la ambulancia que llamó para que la
ayudase se negó a hacerlo porque, según los paramédicos, Modesta tenía piojos.
Y, por si fuera poco, varios hospitales también se negaron a tratarla,
adjudicandose la responsabilidad unos a otros, y, de hecho, condenando a
Modesta, que murió en el suelo después de 4 horas de agonía.
La sala de emergencias
"invisible"
El
limosnero apostólico, el cardenal Konrad Krajewski, recuerda el episodio de
Modesta -a quien Roma ha dedicado una calle- para anunciar el inicio del
servicio de la "Ambulancia para los pobres de Roma", bendecida ayer
por el Papa antes de celebrar la misa de Pentecostés y confiada a la Limosnería
"en favor de los más pobres, en particular - se lee en un comunicado - de
las personas sin hogar que viven la dureza de la calle y buscan refugio
alrededor del Vaticano o en refugios improvisados en la ciudad",
especialmente para "los que permanecen invisibles para las
instituciones".
La estructura se amplía
La
ambulancia se dedicará únicamente al servicio de los más pobres y consolidará
todas las actividades caritativas de la Limosnería Apostólica, que ya cuenta
con la "Clínica ambulante móvil", que se utilizaba principalmente
para llevar atención a los más pobres y marginados de las periferias de Roma, y
el Sanatorio Madre de la Misericordia, querido por el Papa bajo la columnata de
San Pedro como punto de primeros auxilios para los sin techo o para las
personas sin seguro médico, que ha permanecido abierto incluso durante los
meses de lockdown.
Alessandro
De Carolis - Ciudad del Vaticano
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