La
ceremonia de canonización del P. Marcelino Champagnat fue celebrada el domingo
18 de abril de 1999
A
los diez años comenzó a ir a la escuela, pero a los pocos días se desanimó y no
volvió. A los catorce años, pasó por su casa un buen sacerdote que iba
"reclutando" jóvenes para el seminario; se fijó en Marcelino y le
animó: "Tienes que estudiar para ser sacerdote. Dios lo quiere." Y
Marcelino se decidió.
Ingresó
en el Seminario menor y comenzó sus estudios ... con muchos problemas: Como no
había ido a la escuela, apenas sabía leer y escribir. Suspendió el primer curso
y "le invitaron" a quedarse en su casa ... Pero Marcelino no se
desanimó y continuó estudiando. Después de muchos esfuerzos, fue pasando los
cursos y pasó al Seminario mayor, en Lyon. Tenía ya 24 años.
Allí,
junto con otros seminaristas compañeros de estudios, empezó a madurar la idea
de fundar una congregación de Hermanos, dedicados a la enseñanza y a la
catequesis de los niños. Tres años después fue ordenado sacerdote y lo
destinaron a La Valla. En el pueblo los niños no tenían escuela ni catequesis,
y los mayores apenas iban a la iglesia. Marcelino empezó a hablar con la gente,
se hizo cercano a todos, y el pueblo lo aceptó de buen grado.
Tras
una fuerte experiencia con un joven moribundo, el P. Champagnat decidie fundar
una congregación de Hermanos que se dedicaran a la enseñanza y a la catequesis
de los niños y jóvenes, especialmente los más necesitados. Enseguida dio los
primeros pasos, y el 2 de enero de 1817 reunió, en una casita alquilada cerca
de la parroquia, a dos jóvenes que le habían manifestado su deseo de ser
religiosos. Se llamaban Juan María Granjon y Juan Bautista Audras.
Éste
fue el principio de los Hermanos Maristas. Pronto acudieron otros jóvenes.
Marcelino les ayudó a organizar su vida en comunidad: oración y trabajo,
formación personal, sencillez y pobreza. Y una filial devoción a la Virgen
María, bajo cuya protección se puso, desde el primer momento, la naciente
congregación. Después de un periodo de formación, el P. Champagnat les dio un
hábito religioso y los jóvenes firmaron sus primeros compromisos (votos).
Al
cabo de un año, Marcelino abrió una escuela en La Valla y en seguida se
hicieron cargo de ella los Hermanos. Después de esta primera escuela vinieron
muchas más. Los párrocos y alcaldes de los pueblos vecinos se disputaban a los
Hermanos. Así, el Instituto de los Hermanos Maristas comenzó a crecer, no sin
dificultades, y hubo que construir una nueva casa, porque en La Valla ya no
cabían todos.
Marcelino
Champagnat fue un gran hombre que llevó a cabo una obra extraordinaria: cuidó
como un buen pastor a la gente de su parroquia, atendió a huérfanos y ancianos,
pero sobre todo se consagró a la educación religiosa de la juventud.
Ciertamente, aquello no fue nada fácil. Su austeridad personal y el trabajo
incansable fueron minado su salud.
Murió en la madrugada del 6 de junio de
1840, a los 51 años, rodeado de sus Hermanos. Sus restos descansan en la
capilla de Ntra. Sra. del Hermitage. En el momento de su muerte, la congregación
tenía cerca de 300 Hermanos (más 50 que habían muerto ya), 50 casas y escuelas,
y alrededor de 7.000 alumnos.
E
P. Marcelino Champagnat fue declarado «Beato» en Roma, por S. S. Pío XII, el 29
de Mayo de 1955, domingo de Pentecostés. Tras un largo y detallado estudio, los
expertos habían declarado la autenticidad de dos milagros obtenidos por su
intercesión.
La
ceremonia de canonización del P. Marcelino Champagnat fue celebrada el domingo
18 de abril de 1999.
Fuente: ACI