«No sé explicar
lo que siento; el camino de Jesús da mucha luz y es la opción que quiero seguir
en mi vida», explica Mahdi
«Quiero ser
cristiano». Ese fue el mensaje que se encontraron hace casi dos años las Hijas
de la Caridad que gestionan la Casa de Acogida San Vicente de Paúl de Burgos.
Se lo había
hecho llegar Mahdi, uno de los residentes que se hospedaban por aquel entonces
en la casa, quien logró escribir la nota con la ayuda del traductor de su
teléfono móvil.
Las hermanas,
sorprendidas por el mensaje, comenzaron a ayudar a Mahdi, que emprendió un
proceso catequético que culminó en la mañana este sábado con la celebración de
su bautismo en la catedral de Burgos, presidido por el arzobispo de la
diócesis, Fidel Herráez.
Para este joven
concluyen así casi dos años largos de huída de su país de origen, Irán, donde
la conversión del islam al cristianismo, en auge en los últimos años, está
duramente castigada. «Quiero a mi país pero no a su Gobierno», relata. «Allí
las cosas están muy mal; los cristianos son perseguidos», como algunos de sus
amigos, «y yo tenía miedo». Su deseo de seguir «el camino luminoso de Jesús y
María» le forzó a emigrar.
Con una Biblia
persa como compañera de viaje recorrió durante tres meses miles de kilómetros,
hasta que por fin una furgoneta «lo dejó» en Burgos. Tras visitar la catedral
se encaminó a una comisaría de policía con una finalidad: pedir asilo político
para poder ser cristiano. Lo tenía claro.
Mahdi pasó
varios meses en la casa de acogida y desde hace casi un año vive en un piso de
alquiler que sufraga con las ayudas de ACCEM mientras espera la resolución de
su petición de asilo y encuentra el trabajo que tanto está buscando.
«Todo Burgos
tiene mi currículum», sostiene sonriente
«No sé explicar
lo que siento; el camino de Jesús da mucha luz y es la opción que quiero seguir
en mi vida», añade.
Catequesis
gracias al traductor de Google
En los años que
lleva residiendo en España no ha cejado en su formación catequética, que ha
mantenido constante con la ayuda de José Luis Lastra, consiliario de la
delegación de Pastoral de Migraciones. Al principio se servían del traductor de
Google para poder entenderse y, a medida que Mahdi comenzó con sus clases
de español, el proceso se fue normalizando.
Semana tras
semana, un catecismo para niños ha servido para que Mahdi conozca los
principales fundamentos de la fe cristiana: «Es un Dios muy diferente al del
islam, no hay que temerlo, es amor», sostiene. «Es Dios que viene a
nosotros y no como en el islam, que somos nosotros los que tenemos que llegar a
él».
Sus familiares
–tiene una hermana residiendo en Madrid– no se oponen a que Mahdi cambie de religión,
una decisión que él ha tomado «convencido»: «No sé explicar lo que siento, es
como una realidad que veo en 3D; el camino de Jesús da mucha luz y es la opción
que quiero seguir en mi vida», revela. «Además, desde que falleció mi madre
hace tres años siento que la Virgen María me cuida y acompaña y siempre está
conmigo».
El Estado de
alarma obligó a posponer su bautismo, previsto para la pasada vigilia pascual,
hasta este sábado, en una celebración en la que también recibirá la
Confirmación y la Primera Comunión arropado de sus padrinos, Lali, una Hija de
la Caridad, y Satur, un voluntario de la Casa de Acogida, a quienes agradece su
compañía durante los últimos años. Comenzará entonces para Mahdi una vida
nueva, «con un objetivo para el futuro lleno de verdad» y que le hará
eternamente feliz. Y es que, como él mismo señala, «todo el mundo tiene su
historia, pero la mía es diferente gracias a Dios».
Archidiócesis
de Burgos
Fuente: Alfa y
Omega