50
años viviendo del amor
Hola,
buenos días, hoy sor Carmen nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hoy
NO es un día cualquiera, NO, celebramos la Virgen de Fátima, y, además,
celebramos una historia de amor, porque hoy hace 50 años que entré en las
Dominicas de Lerma.
¿Que
cómo fue mi llamada? Sería largo de contar, pero en esencia os referiré en
breves pinceladas el derroche del amor de Dios.
Yo
pertenecía a un grupo de jóvenes dirigido por un padre dominico, P. Mariano
Palacios, en Valladolid: “Centro Juventud San Pablo”. Allí nos encontrábamos,
especialmente los sábados para la Eucaristía. Una vez al mes hacíamos retiro,
y, en enero de 1970, vinimos a Lerma, a las Dominicas, un fin de semana, donde
había unas jóvenes novicias que nos ayudaron a vivir ese fin de semana
saboreando la Palabra de Dios.
Hacía
tiempo que buscaba y me preguntaba dónde me quería el Señor. Cuando llegamos al
locutorio de las Dominicas, sentí en mi interior que me decían: “Te quiero
aquí”.
No
me lo podía creer, lloraba de emoción, y volvía una y otra vez a sentir y oír
esa voz que seguía llamando, “Te quiero aquí”, no había dudas.
El
Señor me lo estaba diciendo muy claro, así que, desde el primer momento, me
entregué a los planes de Dios sobre mí y decidí mi entrada en este bendito día,
13 de Mayo de 1970; de la mano de la Virgen me ofrecí para siempre a ese gran
amor que se me regalaba como un don precioso.
Jesucristo
puso en mis manos un bonito regalo, lleno de sorpresas que yo tenía que ir
descubriendo en el día a día, y que me ha hecho muy feliz, pues cada día me
repetía y me repito esta frase del salmo 15: “¿Cómo pagaré al Señor todo el
bien que me ha hecho?”
El
Señor es el mismo ayer, hoy y siempre, Él sigue llamando. He vivido durante
estos años palpando el amor de Dios, disfrutando de todos los acontecimientos.
El Señor me regaló el don de la alegría, en el canto y la música, y en la vida
fraterna dominicana. Doy gracias cada día con mi Comunidad, que es maravillosa,
y en la que sigo alabando y adorando a mi Señor.
Hoy
el Reto del amor es que descubras los dones que el Señor te está regalando, y
le des gracias por ti y por mí.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma