Subidita
de tono
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer,
como cada tarde, tuvimos adoración desde antes de Vísperas hasta las 9, que nos
vamos a cenar. Estos días, al terminar, hacemos la reserva del Santísimo
tocando alguna canción con la guitarra.
Así
que me dispuse a afinar un poco la guitarra. Tenemos dos guitarras, una
española y otra acústica, y siempre me ha llamado muchísimo la atención
observar que las cuerdas de la española se desafinan bajándose de tono, y, sin
embargo, las de la acústica, justo al revés, se suben de tono. Es algo que no
me explico mucho, y, de hecho, he investigado a ver si era normal, y no debe
serlo; pero la realidad está ahí...
De
cualquier modo, me hacía gracia esto de que una se desafine de una forma y la
otra de la forma contraria. Es como la vida misma: unos días nos levantamos con
el tono subido y queremos comernos el mundo, darlo todo, y, pocos pasos
después, nos damos cuenta de que sonamos un poco desafinados; y al revés, otros
días nos levantamos con el tono bajado, parece que la vida nos puede y que
aquello no puede sonar bien...
Y
es que la clave no está en cómo nos levantemos, sino en pasar por el afinador,
pasar por la oración. Allí nos aguarda Jesús, para poner cada cuerda a tono y
lanzarnos al día con un sonido limpio y armonioso. Y es que, cuando nos dejamos
hacer por Él, nunca salimos igual que estábamos: Él siempre vuelve a colocar
cada cosa en su lugar, y, al ponernos en Sus manos, Él pone en marcha el
instrumento.
Hoy
el reto del amor es ser un instrumento en las manos de Cristo. Que tu vida se
vuelva música para los demás, una música que agrada, que sabe llenar de vida
cualquier momento del día, que alegra, que acompaña en momentos difíciles, que
hace latir al corazón con más fuerza... que tu caja de resonancia se llene del
sonido de Cristo, y así todo lo que brote de ti será su Amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma