HOY EL RETO DEL AMOR ES PEDIR AL SEÑOR UNOS OJOS NUEVOS, CAPACES DE DESCUBIRLE

Crónica

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Desde hace unos días estoy intentando hacer una crónica de los sucesos que vamos viviendo. La cuestión es ser lo más objetiva posible, narrar los hechos que se van sucediendo en nuestro país y a nivel mundial de forma resumida, para guardarlo en el archivo del monasterio.

Lo cierto es que mi documento crece día a día pues las noticias se suceden a velocidades vertiginosas: nuevos contagios, hospitales de campaña... Pero la verdad es que el resultado era un tanto oscuro, demasiado.

Nuestros hermanos ortodoxos consideran que hay ocho pecados capitales, esos que todos llevamos dentro, y que brotan en cuanto tienen ocasión. ¿Sabes cuál es el pecado capital “extra”? La tristeza.

Como contrapartida, san Pablo señala como fruto del Espíritu... la alegría.

Así vemos que tristeza-alegría tienen mucho de decisión. Las circunstancias pueden hacer más fácil una u otra, pero quien se agarra fuerte a Cristo, en medio de la tormenta, encuentra paz.

Así he descubierto que dentro de la objetividad se pueden dar mil enfoques. Al ver esto, oré mucho al Señor para preguntarle qué debía transmitir en la crónica. Y, sí, es cierto que vivimos un momento duro, exigente... pero en el que también descubrimos mil puntos de luz. Por ello, trato de encontrar, en medio del caos, noticias positivas, de héroes sin capa. Tal vez no salen en las portadas, ¡pero están ahí!

Hoy tú puedes ser uno de ellos. Cristo lucha a tu favor, ¡es posible apostar por la alegría! Y hoy, todos los de tu alrededor necesitan esa paz que Cristo nos da. Habla a Cristo de tus grandes problemas... pero dile a tus problemas que tu Cristo es más grande que ellos.

Hoy el reto del amor es pedir al Señor unos ojos nuevos, capaces de descubrirLe. Pídele poder ver al menos tres cosas buenas a lo largo del día, ¡y dale las gracias! DescubrirLe a tu lado, llenará tu corazón, ¡y brotará la alegría! Vive el día de la mano de Cristo... con otra perspectiva.

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma